Variadito
Posteado el 9 Dic 2018 por Walter Marquez |
Dos meses y dos suspensiones de fecha por distintos motivos nos costó volver a armar una salida al equipo. La falta de movilidad propia y las diferentes agendas familiares van haciendo cada vez mas complicado el disfrute de nuestro mas apasionado hobbie.
Finalmente logramos embocar el día para 3 de los 4 integrantes de la banda. Sería San Nicolas el domingo 9 de diciembre con Victor, Ariel y quien escribe como integrantes de la troupe. Para ello preparamos petates y salimos muy temprano a pedido de nuestro guía Juampi Codina. La idea era intentar primero al dorado ya que el río había crecido mucho y las tarariras estaban mas desparramadas campo adentro.
Así salimos el team tempranito para encontrarnos con Juampi a las 6 de la mañana en punto, la hora señalada. Cargamos bártulos rapidamente y nos largamos a navegar.
Navegamos un ratito sorprendentemente corto y nos anclamos. Acá suelen estar los chafalotes cuando se acarduman nos dijo Juampi y nosotros no tardamos en aprontarnos. Yo particularmente armé mi nueva adquicición, un combo reel y caña marine sports modelo katana, el reel gts velocidad de recuperación 7:1 bien veloz y la caña 12/25 lb de 5´8" pies. Evidentemente el equipo no era pensado para esta pesca (lo compré pensando en la próxima vez que visite el amazonas) pero quería testearlo. Al lado de este armé un equipo mas acorde (caña gloomis imx 12/16 lb de 6´8" pies y reel marine sports venator SE).
Por suerte preparé ese segundo equipo porque me costó bastante regular el nuevo y como se dió la pesca casi inmediatamente tuve que cambiarlo. Los piques se dieron rápido con un Victor encendido en ataques y acierto en la clavada (cosa fundamental en el escurridizo chafalote), Fueron muchos ataques para los tres con la mayoría errado o que se soltaron antes de subir a la lancha. Fue un espectáculo único, siempre con señuelos del tipo minnow largos y finitos como mas rendidores.
Arrancamos río adentro en busca del delta interior donde estuvimos probando con el dorado con escasa suerte. En uno de esos arroyos que recorríamos vimos que algunos campos inundados nos daban la chance de hacer algun tiro a la tararira.
Bajamos a tierra y nos pusimos a vadear un poquito. La realidad es que había mucha mucha agua y no encontramos nunca el pescado acardumado. Igualmente y con paciencia logramos levantar algunas tarus chicas con un trofeo hermoso que me tocó en suerte a mi clavar. Todo con ranita en superficie y stickeando bien despacio e insistiendo mucho en cada lugar.
Ahora si, ya con las chances agotadas de la pesca taruchera hicimos un algo para comer unas empanadas caseras y tomar un rico vinito. De ahi a volver a la pesca fue un ratito. En esta parte de la jornada nos dedicamos por completo a golpear barrancas y palos en busca de los esquivos dorados.
La diferencia estuvo en la efectividad ante los ataques. Victor tuvo un día inspirado logrando transformar en captura muchos de sus piques. Yo, en cambio, tuve una efectividad casi nula, logrando muy poco de lo recibido. Otra cosa que me falló fue el lance por lo que me la pasé colgado de los árboles ante cada lanzamiento. Son cosas que pasan y a veces le toca a uno y otra vez a otro.
A la vuelta nos agarró un tormentón como nunca me pasó en el río. La lancha se movía a los saltos en un río totalmente embravecido y la lluvia y viento eran tan intenso que a duras penas se veía la punta de la lancha. La pericia de Juampi guiando la lancha sirvió para que el riesgo se minimizara y llegaramos a salvo a buen puerto.
Para resumir, una jornada difícil en cuanto a la pesca, pero también variada, pudiendo disfrutrar de ataques, capturas y piques errados. ¿Que mas podemos pedirle a la vida? Si, volver al agua lo antes posible.