Sorprendeme otra vez
Posteado el 13 Ene 2008 por Walter Marquez | ,
Cuando la semana pasada habíamos dado con un lugar excelente para una de las pescas que mas me gusta realizar, la pesca de tarariras, me imaginé que no iba a tardar mucho en volver.
Y así fue que en la semana posterior me encontré con un gran amigo, Diego La Lumbrí, para tomar un café. Cuando le conté lo que había sido la pesca se entusiasmó tanto que le dije, vamos el domingo. Se nos unió el padre, Ricardo, que es otro fenómeno de persona y Marquito, a quien me costó muchísimo para volver a ir, jajajajaja.
Como el dato ya se había corrido por internet y sabíamos que algunos amigos del foro y de otras páginas amigas iban a ir decidimos salir bien temprano para poder ir al lugar donde mejor nos había rendido el domingo pasado.
Así pues a las 3 y media de la mañana me pasó a buscar por casa Ricardo para empezar el periplo en busca del resto. Primero fue Diego y después Marco. A las 5 ya estábamos en viaje por autopista del Oeste empalmando en la 5 hacia Bragado. En Chivilcoy parada técnica para desayunar. Allí me llegó un mensaje del Ingles que estaba en viaje pero venía mas tarde con la banda de Mercedes así que decidimos no esperarlo y llegar a la laguna para ir a pescarAA las 8 en punto llegamos a la laguna donde nos recibió cálidamente, como es habitual, Ariel. Nos preparamos rápidamente para ir directamente al lugar elegido de antemano, el fondo de la laguna.
Llegamos después de una larga caminata de media hora y preparamos los engaños, los chicos empezaron con señuelitos artificiales de media agua( subwart, spinner buzzer) Ricardo y yo preferimos empezar con superficie para activar la zona.
Los resultados fueron magros durante toda la mañana con algunas capturas esporádicas y varios toques en los artificiales pero sin poder clavar los peces. Esto es esperable ya que el domingo anterior el resultado fue igual, seguramente es la temperatura del agua, bastante fría por esas horas.
Al llegar el mediodía y viendo que el pique no se afirmaba preferimos salir temprano hacia la estancia para poder comer el asadete de rigor que siempre ameritan estas salidas. La idea era llegar temprano cocinar e ir comiendo mientras el resto llegaba, así compartíamos el almuerzo con un poco de ventaja. Queríamos regresar primeros para copar el lugarcete del fondo que tan rendidor resultó el domino pasado.
Como era de esperarse las entrañitas que preparó el amigo Diego fueron de cien puntos, realmente un manjar de esos que él prepara para los amigos y que dejan huella. Sobremesa amena, con el resto de los chicos que estaban en pleno asado y a descansar.
¿Descansar? Imposible, marquito a los diez minutos de haber almorzado empezó a hinchar para ir a pescar de vuelta y yo que soy tan difícil de convencer...En quince minutos ya estábamos poniéndonos los waders y a pescar. Salimos directamente a lo que ya nosotros bautizamos “la cueva”, el fondo de la laguna donde el domingo pasado había rendido tan pero tan bien. Llegamos con toda la intención de pescar así que arrancamos con señuelos de superficie para activar bien las zonas.
Yo empecé por la primer zona de pesca y marco se fue para la tercera, así veíamos donde se daba mejor. Yo tuve una seguidilla de 5 piques en mi zona clavando dos y errando tres. Marco tuvo algunos toques y nada más. Pero como mis piques se cortaron decidí ir para el lado de marco y rastrillar esa pared de juncos.
Al ratito cayeron Diego y Ricardo que se quedaron probando con nosotros hasta que Diego decidió ir a la cuarta zona, la mas alejada a probar. En cambio yo decidí usar un plop de del que me dio su primer tarucha del día.
Todavía el agua no calentaba del todo y como Diego tuvo unas capturas en su zona arriba decidimos jugarnos por el todo y de paso practicar. Cañas de mosca al aguan y a usar los popers tan bien atados por el Dieguin.
Costó al principio, pero una vez que se activó la fiesta fue total. Era popear y tener respuestas, una tras otra. Como es sabido es muchísimo mas difícil clavar los peces con mosca ya que se usa anzuelo y no triples como con los señuelos. Pero también es sabido, que en esta especialidad lo que más se disfruta son los ataques sin importar si las sacamos del agua o no.
Con algunas capturas concretadas para las fotos, el resto fue pura diversión de tarariras medianitas atacando una, dos hasta siete veces el poper en cada lugar. Una verdadera emoción, como así también disfrutar de la potencia de las tarariras cuando eran clavadas y peleadas con esas cañas superfrágiles y con el reel que da, da y da línea a pedido del pescadito.
Así nos quedamos hasta las ocho y media de la noche pescando y pescando y si no fuera por Ricardo que casi nos mete de prepo en el bote para volver, estaríamos allá. Fueron unas cuarenta capturas concretadas entre todos y más de 100 piques que tuvimos, lo que se dice una tarde a pura pesca. Espero repetirla prontito, en un paraíso que encontramos y que espero no se lo lleve la macabra mano del hombre. Mis amigos y yo soñamos con volver lo mas pronto posible.