Pequeña Liliput

Posteado el 22 Dic 2018 por Walter Marquez   |   ,   

Muy poco tiempo despues de la salida de San Nicolas decidimos con Victor hacer la despedida del año en algun charquito cercano haciendo lo que mas nos gusta....pescar. Así pues el sábado previo a la Navidad partimos rumbo a un espejo al que le tengo muchísimo cariño, Las Dos Aguas de Bragado.

Fuimos de la partida Victor, su hermano Ramiro y quien escribe. La idea era llegar bien temprano ya que queríamos regresar a Buenos Aires con el suficiente tiempo para hacer algunos mandados navideños. Las Dos Aguas es un espejo lacunar de aguas surgentes que va variando su profundidad de acuerdo a las lluvias reinantes en la zona. Se encuentra a 230 km de Buenos Aires yendo por el Acceso Oeste, despues tomando la ruta 5, mas adelante la ruta 46 y 5 km de camino rural de tierra dentro de la zona de estancias bragadenses.

Llegamos temprano y Lalo nos había dejado la tranquera abierta para que entremos al casco y podamos comenzar la faena antes de que llegue él. Así pues nos encontramos con un espejo de agua (la laguna del fondo llamada Médanos) con mucha masa líquida lo que la hacía mas tentadora de probar algunos lugares que habitualmente no hacemos.

  
  

Nos cambiamos rápido y fuimos directamente al fondo, de ahí comenzamos con lances hacia los juncos con irregular actividad hasta que aparecieron las primeras liliputienses de la laguna. Siempre con ranitas badline antienganche con o sin cucharita adelante.

Los piques no eran francos, mas bien eran ataques por irritación que una vez erraban no atacaban mas. Nos fuimos moviendo hacia la derecha del espejo sobre una costa que no pescamos habitualmente pero que con agua se veía muy prometedora. En un par de claros tuvimos algo de actividad que pudimos aprovechar para tirar algun crank y tener respuestas fallidas como a mi gattax de megabass o Victor a su whooper dooper de river2sea.

    

Nos fuimos moviendo siguiendo la costa y a medida que avanzamos conseguiamos actividad. Todo se desarrollaba bajo las clásicas leyes de la pesca taruchera, buscar entre los pastos hundidos con algun antienganche que las tiene y que las obligue a salir desde abajo en busca de su presa.

Hasta el mediodía que decidimos parar a comer no paramos de tener buenas capturas. Los peces a pesar de ser de pequeño porte se veían fuertes y bien comidos y oxigenados, algo que es importantísimo para mantener el lugar en buena forma. Yo tuve una mañana complicada tratando de enganchar el sistema de frenos de mi nuevo reel, el katana de Marine Sports, que ya me había dado mucho trabajo tambien en San Nicolas.

Al cabo de un buen rato y antes de ir a comer pude acomodarlo un poco a lanzar señuelos tan livianos y mejoré la performance. El equilibrio de una cañita como la fivestars de 12 lb con señuelos tan livianos y el sistema dual de frenos de los ms es un trabajo arduo hasta que se le tiene la mano. Ya para la tarde decidí salir con el segundo equipo que traje, una caña HMG de Fenwick de 17lb, mas potente y el reel venatos de ms que ya lo tengo totalmente domado a distintas pescas, cañas y estilos.

     

Paramos en la estancia para tomar un buen almuerzo de empanadas regadas con un rico tinto. Bajo la sombra de los árboles luchamos contra las gatas peludas que caían desde arriba y nos cagaban pinchando, mientras disfrutábamos de los chanchos haciendo chanchadas en su chiquero, vida de campo, algo mas lindo que eso no hay tanto para mente como para espíritu.

En este rato aproveché para hacer el cambio de equipo de pesca y mentalizarme a recuperar el tiempo perdido sacándome la mufa y el enojo. Ya con la panza llena nos acercamos a donde habiamos terminado la media jornada para continuarla desde ahí. Al acercarme vi que el agua estaba que hervía asi que decidí cambiar de táctica y poner un latex de donkb (curly) con una cuchara lastrada para buscar un poco de profundidad. Las tarariras con este calor reinante suelen ir a buscar aguas un poquito mas profundas y frescas.

No le erré, los piques se sucedían de liliputienses rabiosas que algunas, apenas daban el tamaño para morder el señuelo y otras no, por eso erraban. Fiesta total en ese rato en el que los chicos vieron el acierto y tambien se pasaron a la misma táctica.

   

Fue un rato de furia, ataques y mas ataques por doquier. Al rato se arrimó un grupo que seguramente vinieron temprano y pescaron del otro lado de la laguna. Al mediodía Lalo les debe haber dicho que nosotros pescamos bien y se arrimaron a nuestra zona. Para dejarles la chance decidimos movernos unos cuantos metros mas adelante y cruzarnos a la costa de enfrente.

Seguimos pescando bien, con algunos momentos en el que de repente dejaban de atacar por completo, cuando volvían a hacerlo eran tres o cuatro ataques simultáneos.Cuando se hicieron las 4 ya teníamos la pesca totalmente hecha asi que pudimos obviar la hora feliz donde las tarariras se ponen totalmente rabiosas e irnos a casa.

Esta laguna con este caudal de agua es uno de los mejores espejos para la práctica de la pesca con artificiales vadeando. Seguramente en esta temporada deberemos volver a visitarla para confirmar el gran momento que está viviendo. Las pequeñas liliputienses mallabaricus estan y hay que disfrutarlas.

     
  

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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