No todo es pesca

Algunas veces alcanza con estar pescando

Posteado el 28 Ago 2021 por Walter Marquez   |   ,   

Casi dos meses despues de la última pesca de pejerreyes, y con el cambio de estacion acercándose, seguíamos sin pescar. Entre pandemia, falta de alternativas, y un río muy bajo en todo el Paraná, producto de la bajante histórica que se venía dando este año, no lográbamos encauzar una salida. Hasta que Pato Barreto nos contó que estaba yendo a guiar a Bella Vista, donde el agua permitía pescar y donde la chance de alguna Bestia esta siempre latente.

Así pues, despues de dos años sin pescar dorados, salió una salida al Alto Paraná. Damian, Trigo y Victor decidimos esta salida mas como un viaje de vacaciones que una salida de pesca, por ello nos tomamos dos días del trabajo y viajamos el jueves para pescar viernes y sábado y volvernos tranquilos el domingo. Cuatro días alejados de todo era ya un plus invaluable.

Viaje tranquilo y llegamos a la Posada de Bella Vista, allí nos dimos cuenta del diferencial entre Buenos Aires y el resto del país con respecto a la pandemia. La gente lo toma normal, casi casi sin protocolos de ningun tipo, salvo la chica que nos daba el desayuno que usaba barbijo, mas por una deferencia a los porteños, que por propia convicción. Al llegar nos encontramos con Pato y con Juampi Codina que habían salido a pescar con resultado muy difícil pero con un par de vacas sacadas.

  
  

Despues de un asadito precioso que cenamos y un descanso nocturno reparador llegamos al primer día de pesca. BellaVista es un pesquero precioso que me ha regalado grandes dorados en visitas anteriores. El día arrancó bajo un sol maravilloso y un clima ideal para realizar la pesca al golpe en los palos. Con los primeros tiros nos dimos cuenta la falta de práctica despues de dos años sin casteo de precisión a paleríos.

Mi última experiencia en la materia la tenía de pescar en el Amazonas en el 2019, pero las estructuras, la forma de castear y el tamaño-peso de equipos y señuelos es totalmente distinto. Literalmente, despues de un par de horas de castear bananas media agua, se te rompen los brazos. Así pues, comenzamos con paletas 1 y 2 de la marca Donkb.

  
  

Despues de un largo rato de inactividad en la que peinamos infinidad de palos a río abierto llegamos a un cruce de aguas. Allí le metí con una pala 2 de DonkB, la classic. Un palo hundido que se veía a flor de agua y otro a unos metros que el agua había superado y apenas era visible. Esa era la premisa. Dami tiró y en la recogida pego el grito de que le cabecearon el señuelo.

Yo lancé con absoluta precisión al palo visto y lo peine perfecto, sin respuesta hasta que llegó al palo hundido. Por trayectoria lo debo haber peinado bajo el agua y ahi si me explotó la caña de la mano. Lo clavo en firme lo peleo con todas mis ganas, salta tres o cuatro veces, haciendose mas grande en cada salto, hasta que, despues de un rush de adrenalina absoluta, lo pudimos izar. Un hermoso dorado de unos 5 kilos, muy gordito y poderoso ya era captura. Bienvenido dorado!..

  
  

Con la alegría del primer pescadazo, Patito nos decidió hacerle otra pasadita a esa curva moviendonos por dentro de la misma. Increiblemente fueron un par de lances a los palos hasta que decidimos castear al otro árbol hundido con sus raices atras. Fueron dos casteos y zas! Tengo un lindo pique de un doradito mas chico que el anterior. Lamentablemente Victor quedó cruzado con la línea, la aflojó para que pueda pelearlo, pero Pato prefirió recogerla para evitar un galletazo. Ahí frené la recogida para que salga Victor y en el afloje el pequeño rebelde se fue.

Casi al misma instante, pero abajo de la lancha Dami tuvo un ataque que alcanzó a afirmar con destreza. Pelea de aqui para allá, saltos de rigor y la primera pieza de Dami que se sube a la lancha. Bravo amigo!

  

El día transcurrió asi, casi sin actividad, muy pero muy complicado para la pesca. Muy pero muy relajante en cuanto al día en si mismo. Todos tuvimos algun toquecito intrascendente o algún pez perdido en la mordida. Todos menos Victor que no había tenido absolutamente nada de actividad, asi son esos días. Pero, tambien, asi es que cuando parece que todo está torcido, todo puede cambiar.

Casi al cierre del día veníamos peinando una barranca profunda y con muchos palos. Victor tiene su primer ataque de un cabezón que le roza el señuelo sin siquiere darle tiempo a clavarlo. Pero a los 10 metros, en un claro barrancoso le clava la caña en un pique que se la deja, como decimos nosotros, "muda". Pelea de rigor, saltos para acá, para allá. Mucha tensión para no perderlo, mucha paciencia para cansarlo tratando de arriesgar lo menos posible. Al final, tuvo su recompensa, y un hermoso chancho de unos 6 o 7kilitos se transformó en la captura del día. Grande Victor!.

  

A la noche, disfrutamos de otra velada hermosa en el quincho de las cabañas, haciendo un pechito de cerdo apoteótico, con unas berenjenas en escabeche únicas y regado de tintos encantadores. Asi nos fuimos a dormir, casi como bolsas de papa, para despertarnos y volver a la titánica tarea de mantener los brazos vivos en cada lance.

Para el segundo día, arrancamos a un brazo del Paraná que Pato lo llama, el juramento, en honor al río salteño que tiene mas palos que agua. Una hermosura. Al primer palo de la boca, y con dos o tres lances, Dami metió un doradillo nervioso que lo hizo divertirse un buen rato y que le regaló su segunda captura. En cambio yo tuve un ataque feroz que al segundo salto quebró el anzuelo, la mala suerte se apoderaba de mis pocos ataques francos.

  

Al cabo de un rato, en otra corredera preciosa, Damián tuvo un ataque feroz, violento. Si, era un pez de buen tamaño, como el mío o como el de Victor, un pez que te da esa alegría de captura real. Lo peleó muy bien, estaba bien clavado, pero el dorado no tiene una escama de zonzo, y apenas pudo irse tras el motor, se engalletó ahi, pegó un salto con la línea tensa, y se fue. La calentura y desazón de Dami no tuvo consuelo. La pesca es asi.

Y eso fue todo. Tuvimos un par de ataques mínimos fallados (uno me agarró con el multi enroscado en la punta de la caña, por suerte lo vi y no cañé, sino la rompía, pero perdí el pez). Terminamos exhaustos, casi sin brazos con dolores musculares hasta en el pelo, pero valió la pena. Pescar entre pelucas gigantes de palos, bancos de arena infinita, o barrancas portentosas donde el agua corre como un tren, es impagable.

En este viaje lo sabíamos, la pesca era un objetivo, pero no el principal. íbamos a despejarnos cuatro días del mundo, de la pandemia, de la crisis económica. Ibamos a recuperar un poco de vida, y eso, sin temor a equivocarme lo logramos con creces. Por a veces, esa frase remanida, cobra un sentido excelso. A veces, no todo es pesca, sino es estar pescando.

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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