La boya Hilstone
Posteado el 08 Abr 2006 por Walter Marquez | ,
Comienza la temporada fuerte del pejerrey y como es costumbre nuestra, hay que ir a recibirlos. Por ello entramos al Río de la Plata, para tantear si ya habían llegado al estuario, y algunos ya dijeron presentes. Una linda pesca de calidad aunque todavía le falta para que se afirme el pique en esta zona.
Después de la previa que como sabemos nos llena de ansiedad y expectativas, llego el sábado, a las 7:15 aproximadamente mi esposa me acercó hasta la rotonda que esta a la bajada de la autopista Buenos Aires-La Plata, para esperar a la “caravana” capitalina conformada por Fede, Mangu, Fratello, King, Neo, Jorge, Ramiro, Juan, Diego, Ricardo, Jota, Pescatuty y Boguita y yo.
Llegamos a “Marina del Sur” y ya los guías y los truckers estaban en el agua, esperando para que embarquemos, cargamos los bártulos y zarpamos, en Monte Santiago los guías dieron el rol correspondiente, entregando a Prefectura unas planillas, una medida implementada recientemente, con los datos personales de cada tripulante y ahí si salimos con rumbo a la boya “Hilstone”, esta boya marca el naufragio de una Fragata de 85m de eslora con casco de acero que se hundió el 21/02/1920 y ese punto esta a mas o menos 20 Km. de las costas Uruguayas.
El día se presentaba nublado y con viento leve del sector SE, con una media de 20º aproximadamente, estas condiciones se mantuvieron durante casi toda la jornada. Luego de unos 45 minutos de una tranquila navegación, llegamos los tres truckers en compañía del semi “Aniko”, a la tan ansiada boya. Armado de equipos correspondientes, conformados por cañas de 4,20 a 4,50 mts., reeles medianos cargados en su mayoría con multi, elección aparejos, si bien en nuestra embarcación empezamos casi todos con boyas verde limón, después fuimos cambiando por blancas, verdes panza blanca, rojas panza blanca, con quilla, sin quilla, chupetonas, cometas y demás, las bajadas estuvieron entre los 10 y 20 cm., estas lastradas, la mayoría con munición partida. Anclas de capa al agua a proa y popa, puesta de dosificadores de ceba y a garetear.
Augurábamos una jornada de pesca muy buena pero al correr del tiempo los piques se hicieron rogar y fueron muy espaciados, luego clavamos algunos el resto de Team, pero a medida que íbamos alejándonos del punto de partida la cosa iba mermando.
Por la radio escuchábamos los mismo comentarios, eran algunas ráfagas y se cortaba, en uno de los mensajes del truker comandado por Ricardo, escuchamos que habían cobrado dos dientudos y que el filete de este estaba rindiendo muy bien, pero no tuvimos la suerte de clavar ninguno como para probar.
A medida que nos alejábamos más de la zona del Hilstone desaparecían los piques y de forma considerable, por ende después de haber gareteado como 8 Km. debido a que el viento había aumentado, decidimos volver al punto de partida y comenzar nuevamente el garete desde ahí, esto lo hicimos dos veces sumando unos pescaditos más en cada pasada.
La cosa estaba complicada, todavía no estaba firme el matungo rioplatense, pero algunos lindos fueron saliendo en nuestras cañas, mientras en la radio se escuchaba mas o menos el mismo panorama en el resto de las embarcaciones. Como siempre, y por suerte, los piques se daban lejos para disfrutarlo mas y a 10 cm de la superficie para veros explotar en el agua.
Siendo las 16:30 y viendo que el viento estaba aumentando en forma constante y al tener que recorrer una importante distancia en esas condiciones, de común acuerdo decidimos pegar la vuelta y por las dudas que este se intensificara demasiado, complicando la navegación, ante todo en este caso priorizamos la seguridad por sobre las ganas de quedarnos a disfrutar aunque sea de la paz y la tranquilidad de esa zona del río.
En síntesis, todavía los “Gran Berisso” están un poco remisos a comer. Como que están recién llegados de la travesía que los deposita en el Riopla, pero sin lugar a dudas lo mas importante es que ya están en la zona. Mas allá de todo, el juntarse con semejante banda a pescar y disfrutar estar juntos ya es un momento de esos que siempre se guardan en el arcón de los mejores recuerdos.