La cueva del literato III
Posteado el 02 Abr 2015 por Walter Marquez | ,
La redención lograda en la salida anterior permitió que me relajase totalmente y esperara la nueva salida con la ansiedad normal de la pesca, sin tensiones extras. Parece mentira pero la pesca tiene mucho de psicológica y cuando uno pierde la fe en si mismo y en lo que hace, tiende a complicarse mas de lo que debería generando una negatividad que termina influyendo en el resultado final.
Apenas una semana despues ya teníamos nueva fecha para visitar la cueva del literato. Aprovechando el jueves santo y tambien que era feriado por el 2 de abril, dia de los caidos en Malvinas armamos la nueva caravana compuesta por Pinci, Telmo, Angel, quien le escribe y Fede, otro lujanense que reemplazó a Victor que no pudo venir a último momento.
Esta ves por ser primer día de un fin de semana muy largo, por la semana santa, el tránsito en la ruta estuvo imposible, asi que Angel y yo que veníamos desde lejos y teníamos que usar la ruta 2, llegamos una hora mas tarde a la laguna.
En esta trilogía fantástica que se nos presenta siempre hubo un factor que le dió a cada salida un condimento totalmente distinto....el clima. La primera fue de brisa fresca y con un par de días frios antes, la segunda fue de cero viento, alta temperatura y en esta tercera se presentó Febo a pleno con un viento noroeste tremendo que casi no nos dejaba ni siquiera lanzar los engaños.
Este tema no menor hizo que los piques se presentaran durante la mañana muy esporádicos y desconfiados. Las tarariras no lograban ver bien el engaño ante tanto viento en superficie y demas está decir que nuestra efectividad a la hora de los lances era casi nula.
Las dos primeras despues de mucho caminar e insistir fueron del literato Pinci, una robada vilmente a Telmo, con su rana negra y blanca de hoplias. Al rato Telmo logró una descomunal tararira de casi dos kilitos y por último Angel metió su primera con una rana roja de pancora.
Mientras los chicos seguian caminando las canchas con resultados escasos, los mios directamente eran nulos. He aquí que una gran virtud en usar cañas duras para sacar los peces de los pastos se transformó en una debilidad con tanto viento, los señuelos volaban horrible ya que no se podía cargar las cañas ante el poco peso de los artificiales. Esto, sumado a que en los lances el viento te generaba una panza descontrolada en la línea, hacía que trabajar mis señuelos se estaba tornando en una misión imposible.
Ya llegando al lugar del descanso del mediodía la pesca venía siendo dificilísima para algunos y nula para mi. Con Angel decidimos hacer unos tiros en un sector playado con pasto y agua limpia rizada pero no explotada por el viento. Allí mi amigo me metió dos tarariras, una de ellas robada de manera magistral despues que le errara a mi rana. Cuando la desazón comenzaba a hacerme dudar de mis artes, en un tiro larguísimo ya fuera del lugar donde estábamos pescando, explotó el agua. La tararira no dejó casi que se moviera la rana páncora roja en el agua y la tomó con firmeza. La pelea fue larga y tensa, mi temor a perder semejante pique fue alto. Gracias a Dios, ahora si ayudó mi caña y el pez llegó a ser presa.
Almuerzo a la sombra de la arboleda y análisis profundo de lo vidido hasta ahora en una jornada por demas complicada. Mas allá de detalles puntuales en como lanzar de costado para evitar un poco la panza, o si el lance debia ser tan largo o menos largo, no había mucho para cambiar para la segunda parte de la jornada.
Salimos decididos a intentarlo todo y rezarle a Febo para que afloje un poco y asi fue. De a ratos amainaba el viento a una velocidad mucho mas razonable y entonces comenzó a mejorar la cosa en cuanto a cantidad de piques.Esta vez la estrategia para la tarde era ir directamente al fondo de la laguna y arrancar pescando desde allá para terminar de nuevo en el auto. Asi podíamos pescar todo con mas detalle y no perdernos lugares.
Al llegar al fondo nos separamos en varios grupos y empezamos lanzando con todas las ganas. Yo encontré una cuevita que me dió tres piques errados y el cuarto fue captura. Telmo y Angel se quedaron unos metros atras mio y ahi Telmo metió un rush impresionante de siete capturas con un par de esas gigantescas que este espejo puede regalar.
Comenzamos la vuelta con Angel y llegamos a una explayada enorme, con poquita agua y mucho pasto. Despues de meditarlo Angel me dice vamos a probar acá que alguna hay, y no tardó en acertar. Dos hoplias pequeñas se cansaron de atacar nuestros engaños hasta que cambié a la blandita de donkb y una cayó en su primer ataque.
Probamos un poquito mas adelante y la blandita volvió a tener premio con otra captura preciosa. Ya mi dia había cambiado de la oscuridad a la luz radiante gracias a que el viento mermó un poco y pude afinar la puntería. Detras nuestro Pinci y Fede lograban un hermoso doblete unos metros mas adelante de donde estábamos nosotros mientras unas cuantas nutrias se metían en la laguna al lado nuestro.
Una belleza la biodiversidad de este espejo tanto en vegetación como en animales. Coipos, garzas, patos silvestres, cisnes, carpinchos, nutrias,tarariras, mojarras, chanchitas y muchas especies mas pueblan el lugar dándole una vida única.
Seguimos caminando y en un recodo bien protegido del viento tuvimos varios ataques y varias capturas para todos. Aquí lo que nos sorprendió es que las tarariras atacaban siempre en la zona donde estaba rizada el agua por el viento, tarariras con complejo de pejerreyes diría.
Al perder la cola de latex en un ataque tuve que mandar a descanso mi blandita asi que opté por la versión artesanal de resina de Telmo que tuvo ataque y captura al instante. Ya a esta hora y antes de llegar al final de la pesca todos habíamos pescado mas o menos bien, haciendo el aguante al viento y poniendo toda la pericia a la pesca.
Y la jornada terminó en esa hora mágica donde todo se transforma en dorado y fuego. Un festín a los sentidos y a los corazones, donde uno realmente entiende el porqué ama este deporte que no solo tiene un componente deportivo o de desafío, tiene además una gran influencia de la naturaleza, de poder volver a sentirnos uno mismo con uno mismo, algo muy difícil en estos tiempos que corren.
No sé si habrá una cuarta entrega o se quedará en trilogía nomas, el clima se está poniendo mas fresco y dependerá mucho del camino que siga este grupo de amigos pescadores. Lo que si ya a esta altura lo que me queda para dar es gratitud. Gratitud a los amigos que acompañan en esta locura que pocos entienden, gratitud a la naturaleza que nunca se apaga y siempre regala lo mejor de si a pesar que nosotros le demos lo peor de nosotros. Gratitud a este deporte que me permite ser aunque sea por un rato quien quiero ser. Ojalá la vida me siga regalando estos momentos, ojalá nunca se corte.