Walter Marquez Pesca deportiva

Unos días atras tuvimos la oportunidad de ir con Victor y Ariel a inaugurar la temporada taruchera en Bragado. Como era de esperarse, todavía el frio, el viento y la ausencia de la no asentada primavera hizo que fuera un fracaso. Por ello, 15 días despues, con los amigos Victor, Rami y Damian, armamos una salidita a San Pedro en las tierras del amigazo Pedro Prats.

La gran bajante que estaba viviendo el Paraná hacia que la pesca de hoplias estuviera increíble ya que con poca agua los arroyos interiores los hacian acumular cardúmenes y cardúmenes de peces. Un par de días antes de viajar lo llamamos a Pedrito¿como esta la pesca? Mirá amigo, hay sudestada hace dos días y el río creció metro y medio, vamos a ver si las encontramos. Masticando bronca por la tremenda mala suerte, fuimos con poca esperanza, pero finalmente con mucha alegría por volver a estar en el lugar que tanto amamos, el río.

Llegamos y nos encontramos con el amigo Pedro en el Club de Pescadores. Abrazos de rigor y a cargar todo en el gigantesco trucker cabinado con el que saldriamos hoy. En principio parecería que es demasiado grande y con la gran cabina no se la veía pescadora, pero para la pesca de tarariras, en las que casi bajamos a tierra a pescar en todos los lugares fue un gran acierto, sobre todo para repararse para almorzar adentro y para evitar el frio en las largas navegadas.

El amigo Victor dió la nota cuando nos subimos ya que se le desarmó el muelle y casi se cae al agua, el mamporro no fue gratis y un gran hematoma en la pierna lo dejó herido para toda la jornada. Esas cosas que te pueden arruinar una salida y que es entera responsabilidad del Club de Pescadores.

A pescar

Despues del tremendo incidente de Victor, con curaciones y analgésicos varios, partimos al agua. Al cabo de una buena navegada en la que disfrutamos estar dentro del cabinado, sin tener que pasar frío, llegamos al delta san pedrino. Nos adentramos en él buscando el famoso arroyo "el bobo" que navegamos durante un buen rato hacia el interior.

Al llegar a un cruce con un arroyito menor, Pedro aparca la lancha en la costa. Desde ahí nos cuenta que hacia unos días atrás, antes de la sudestada, el agua no ingresaba al arroyo y las tarariras estaban en el medio del bobo, pero con este panorama, la pesca era totalmente incierta.

Por suerte en dos lances que hizo el amigo Rami, con una rana zman y cucharita de un color verde y blanco natural, descubrimos que estaban ahi, mas metidas adentro de la boca del arroyito interior que aguas afuera. En un rato de lances, todos con gomas y cucharitas, comenzaron las capturas de porte mediano, destacandose Ramiro (tiro y pique) lo que sería la constante de la salida.

Como la actividad era excelente, aunque Ramiro nos sacaba tremenda ventaja con su ranita natural, decidimos ir cambiando de artificiales. Ahi dami probó con un crank de Mann´s y con un subwalk de rapala, mientras Victor usaba un chatterbait de yara y yo encontraba el timming justo con un lipless que sería mi arma mortal todo el día, el ironhead de Marine Sports.

Por su parte Rami no abandonaba su rana pescadora y seguía sacando ventajas, era increíble, pero tenia ajustada la traccionada que hacía con el artificial, velocidad y constancia, y las ponían rabiosas. Ya cuando se calmó el lugar despues de una lancha que pasó y levantó marejada, decidimos movernos en busca de otra de las cuevas, esta ya había pagado con creces.

Segunda parada, unos cientos de metros mas adentro del bobo, en otra boquita similar a la anterior. Ahí Rami y Victor, que estaba bastante dolorido, lanzaron los tiros a la boca desde la lancha teniendo alguna captura el inefable Rami con su rana asesina. Victor lograba actividad mas espaciado, tambien con latex.

Con Dami decidimos bajar de la lancha e ir caminando alrededor de la planchada que se formaba antes de transformarse en un hilito de agua del arroyo menor. Ahi, mas adentro, con paciencia tuvimos buenas capturas. Yo puse un highlander gris con cuchara delantera que anduvo bastante bien, aunque por el tamaño, le erraban mucho al anzuelo.

A pesar de un inconveniente técnico con mi venator que me obligó al cambio del reel por el katana, seguimos pescando bastante bien. Pero no rindió tanto como la primera parada asi que decidimos seguir hacia la proxima. Por el mismo Bobo llegamos a una ensenadita de apenas unos cuantos metros cuadrados, anclamos unos 30 mts. para almorzar antes de pescarla.

Ya con la panza llena los chicos salieron en busca de la ensenada entre el alto pajonal. Yo me quedé con Pedro en la lancha disfrutando del tintillo que venía tomando, asi que esta tercer parada se dividió en lo que pescaron ellos (salvo Rami con su infalible rana, el resto tuvo una actividad muy irregular en la ensenada) y lo que pescamos Pedro y yo desde la lancha.

Pedrito me dice tirale desde acá que hace unos días estaban en todo el cauce del arroyo. Dicho y hecho, sali con el iron head y fue un tiro un ataque, trayéndolo despacio con la punta de la caña hacia arriba para que vibre bien sin engancharse, un sutil toque era la indicación de que tenía una tararira con el ironhead en la boca. Realmente una fiesta que compartimos con Pedrito un largo rato. Despues se arrimó Victor que también probó con una goma y tuvo buen rinde.

Despues de tremenda pescotota en el lugar, tocaba moverse. Así que volvimos a arrancar el trucker en busca de una nueva explanada. Ahí se bajaron Dami y Rami en busca de las tarus dentro de la pequeña bahía que se formaba y no tuvieron casi suerte, salvo cuando tiraban hacia la boca misma. Con Victor nos quedamos en la lancha y desde ahí tirábamos a la boca y al medio del río.

Esta planchada fue de Victor que con una goma de donkb color naranja tenía el timming justo para traerla y que las tarus se pongan rabiosas. Yo empecé con el ironhead que tan bien venía pero la actividad era muchísimo menor que con el latex, asi que puse el mismo donkb que el gallego, ahí mejoró bastante la cosa. Desde la costa, Damian usaba un lipless, el  Rat-L-Trap de Bill Lewis y lograba capturas esporádicas, mientras Rami del otro lado de la bahía no encontraba actividad firme.

Ya estábamos saisfechos con la pesca, pero todavía faltaba algo mas. En la última parada que hicimos ya atardeciendo encontramos un cruce de aguas en el arroyo que abría un arroyuelo mas pequeño y que se internaba. Tenía el aspecto del paraíso de las tarariras con poca agua y algo de vegetación hundida, a diferencia del río abierto.

Ahi me bajé con Pedro y avanzamos unos 100 metros por el arroyo pequeño, Victor se quedó a mitad de camino mientras que Dami y Rami se quedaron pescando la boca de la embarcación. En este lugar en general todos pescamos bien, siendo el destacado Dami que con un shiner king de ms las arrancaba del fondo en cada tiro. Con esta pasada todos tuvimos un lugar donde nos destacamos, por eso terminamos parejos en capturas, salvo Rami que robó en algunos lados y en los otros se mantuvo a la par nuestra.

Para destacar, cuando le fui a sacar el señuelo a una pequeña hoplias pequé de confiado y la muy guacha me metió una dentellada tremenda en el dedo indice. No paró de sangrar por un buen rato demostrando que su dentellada es verdaderamente poderosa y que no hay que subestimarla. Ahora si con la pesca hecha por demas volvimos durmiendo cómodamente dentro del cabinado, casi como si fuera una cama, sin preocuparnos por el clima. Un lujo.

Tremenda salida metimos en San Pedro, muchas capturas en un día precioso, contra todo pronóstico climático e hídrico. El arroyo el Bobo nos demostró que de Bobo no tiene nada y nos regaló hoplias mallabaricus a montones. Esperemos volver lo antes posible.