Welcome 2012

Las reinas guerreras

Posteado el 11 Feb 2012 por Walter Marquez   |   ,   

Un nuevo año comienza y con él las ganas de pescar vienen de a chorros. El Paraná vino crecido trayendo muchísima agua barrosa del norte, que puso chocolate su cauce, por lo tanto, esta ecuación tiene un solo resultado….dorados ausentes.

Así pues, para nuestra primera gran aventura la idea sería visitar a las amadas reinas guerreras que, según varios datos recogidos, estaban activas en muchos de los pesqueros conocidos.

Después de un arduo y minucioso análisis (ya somos un equipo cuasi de la nasa en la pesca, jajajaja) tomamos la primera gran decisión del año….San Pedro sería el destino, la mano de Pedro Prats nos guiaría por esas cuevas ocultas en busca de las hoplias mallabaricus.

  

El día elegido sería sábado, aunque para nosotros es mejor pescar un viernes en San Pedro por la gran cantidad de gente que pulula por la zona, y las condiciones del clima eran increíbles, apenas una brisita y cielo totalmente despejado, con una temperatura que llegaría a los 30 grados…un regalo!

Pedrito es un guía que nos complemente totalmente y por ello se ha transformado en nuestro estandarte en San Pedro. Hay muchos guías en esta zona pero nosotros, como la mayoría de los pescadores, somos muy mañosos y con Pedro encontramos nuestra horma del zapato.

Comenzamos a navegar durante un buen rato entrando por el González hasta el fondo. Ahí Pedro nos hizo bajar para probar un arroyito que nacía ahí mismo. Caminamos y comenzamos los tiros, algunas remolonas empezaron atacando las ranas de superficie que habíamos puesto.

     

Mariano y Pedro se quedaron en el arroyo, Telmo, Angel y mua nos adentramos hacia una lagunita interior que también tenía otro arroyuelo que desembocaba más adelante en el González.

Comenzamos los tiros con varios artilugios anti enganche, como higlander, ranas marine sports, ranas trigger y ranas strike King casi todos traileados y con cucharillas adelante. No tardaron en provocar el efecto deseado y comenzaron a salir algunas lindas taruchas, muy violentas y voraces. Al cabo de algunas capturas y cuando amainó un poco la cosa Pedro nos dio la orden de replegarse para una nueva batalla.

Seguimos por el González apuntándole al Sepultura donde recaeríamos en otra cueva. Esta vez el arroyo era más escondido dentro de un terraplén donde empezamos a calentar muñecas con respuestas casi nulas.

  
  

De pronto al fondo del arroyo, tras una cortina de juncos se escuchaban saltos y chapoteos al por mayor, a pesar de que Pedro nos dijo que eran aguas nuevas y que no creía que tuvieran taruchas, nos acercamos sigilosamente.

Ya antes de traspasar la pared de juncos varias remolonas se movieron casi sobre nuestros pies…retrocedimos sobre nuestros pasos y le tiramos a un hilito de agua limpia entre tanta mata de pasto….ahí las encontramos. Salieron unas cuantas pero del otro lado de los juncos se seguían escuchando los plaf plaf de los taruchones explotando el agua.

Avanzamos, cruzamos los juncos, todos mojados y embarrados, con agua hasta la rodilla y ya con las botas llenas comenzamos la faena. Fue tremenda la cantidad de taruchas pescadas en ese rato. Muchas también fueron piques errados, no es tan fácil con los anti enganches. Probamos con la Moss Boss y la fiesta fue completa, el señuelo más rendidor sin dudas, también la blade dancer y algún artilugio de un spinner con gusanito y anti enganche, más las ranas ya consabidas.

  

Llegó el sol abrazador y el cuerpo pidió agua. A pesar de darle duro el lugar nunca dejó de rendir, a lo sumo se aburrían de algún artificial y obligaba a cambiarlo, o se corrían un poco más al fondo o hacia otro pedacito de arroyo, pero siempre respondían.

Nos fuimos a la lancha a almorzar bajo la sombrilla que Angel trajo y nos salvó la vida. Para la tarde Pedro nos tenía reservada otra cuevita rendidora y hacia allí fuimos. Llegamos y como había gente pescando en la costa Pedro nos hizo pasar unos metros de largo. Al haber tanta gente dando vueltas, una cueva cuidada pasa a ser una cueva rastrillada en cuestión de minutos. Nos metimos entre los pastizales altos.

Desde la costa la lagunita no se ve así que estaba bien protegida de los furtivos. Apenas llegamos se nos hizo agua la boca, no habría más de un metro de profundidad en la parte más honda.

  

Angel se quedó en la costa donde llegamos, nosotros decidimos patearla rodeando toda su costa. No tuvimos ni un pique en toda la caminata, algo raro, tampoco se veía actividad en superficie. Nos preocupamos y volvimos con Angel. Cuando llegamos le preguntamos y tímidamente nos dice, algún pique tuve, pero si quieren ir para el otro lado vayan.

No le creímos a Angelito y nos quedamos mirando un rato mientras el lanzaba. Al toque tuvo un pique. El muy guacho se estaba guardando las tarus, jajajajaja…todo un personaje. Comenzamos a tirar todos para el mismo lado..al medio de la lagunita desde esa costa. Cada tanto alguna tarucha remolona atacaba, pero sin mucha convicción. Hasta que…...Si, hasta que se activaron y ahí comenzó la gran fiesta. Fueron cientos de piques, era encontrar el artificial y el lugar ya que se corrían hacia el centro de la laguna y la Moss Boss grande era la asesina infalible.

     

A medida que se corrían para el medio nosotros nos metíamos mas al agua para ponernos a tiro de caña. Sacamos muchísimas hasta que Pedro nos chifló que por favor salgamos.

A pesar de no ser muy obedientes habitualmente, la cara del guía nos obligó a cumplir. Finalmente Pedrito tenía razón, un par de muchachos de la costa habían escuchado nuestras loas pesqueriles y se comenzaron a arrimar a la cueva. Pasaron al lado nuestro cuando volvíamos, nuestro “pobre la pesca, alguna tarucha perdida” espero que haya servido para que no se metan…igualmente no es fácil pescar taruchas con carnada en el pasto así que suponemos que la cueva se mantendrá airosa.

Ya terminada la jornada, con la panza llena de pesca, y la alegría de volver al ruedo volvimos a puerto. Muy felices de que el 2012 comenzara más que bien con nuestras amadas reinas guerreras a todo trapo.

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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