Walter Marquez Pesca deportiva

Una invitación a un lugar paradisíaco terminó siendo una de las mejores salidas de pesca de mi vida, con verdaderos dinosaurios escondidos en lugares increíbles. Ramallo tiene monstruos escondidos, encontrarlos es el gran desafio y, a su ves, el gran premio.

La leyenda cuenta que en Ramallo se encuentran escondidos dinosaurios vivos, si vivos Susana, que sólo muestran la cara ante los verdaderos conocedores de sus reinos. Entre los pocos sabios locales que saben llegar a sus cuevas están Lautaro Butti y su padre Luis Butti, Lauti y Luis a partir de ahora.

¿Con gran amigo de aventuras, Telmo Abadia fuimos invitados por Lauti y Luis a conocer Jurasick Park en Ramallo y con muchísimas esperanzas fuimos en su búsqueda. Ya a las 8 nos encontramos con nuestros amigos ramallenses y, previos saludos de rigor y ansiedades in crescendo, partimos en la lancha de Luis en frente del puerto de Ramallo, allí le tiramos unos tiritos a los doradetes con suerte totalmente esquiva. Ya, sin mas, decidimos ir en busca de los dinos.

Entramos a un arroyo donde mirando a la derecha Luis nos indica, esa es mi casita de finde , ahí comemos el asado después….un paraíso!!.

Pasamos el rancho de Luis y como a los 5 minutos arrimamos a una costa, anclamos y Lauti nos dice crucemos el barro que en la lagunita que se ve adentro estaba lleno de taruchas.Así lo hicimos, con el barro hasta casi la cintura, se veía bajo el charco. Parecía que el dia anterior la bajante fue pronunciada. El pique no sería fácil entonces.

Tiramos con todo lo conocido sin respuestas hasta que Lauti, metido hasta el caracú, literalmente, con una ranita americana negra de river2sea empezó a sacar taruchitas, una tras otra..nos mató a palos, literalmente también, por un buen rato.

Al cabo de mil pruebas logré encontrar un señuelo que, al menos, logre tentar algunas tarus a pesar de que la rana del Lauti esté en el agua…ese fue el Nip-i-Diddee. Mas tarde mirando al río desde la lagunita vimos actividad en nuestra lado de la costa, nos arrimamos y con paseantes (el viper fue mortal) tuvimos un rush violento de piques de doradillos y palometas.

Ya casi llegando al mediodía y sin poder ver todavía ningún bicho ancentral, encaramos como para volver al rancho y empezar con el asadete. Justo antes de llegar, Luis nos dice…” vamos a probar esa bahía, bajemos en silencio”

La bahía en cuestión era una entrada de agua que estaba justo en la costa de enfrente del rancho…y bue probemos, total, antes de almorzar estamos al toque del asado. Despues de un par de tiros, salieron las primeras tarangas, muy respetables, sin llegar a ser monstruosas. Todo con señuelos de subsuperficie y paseantes. Hasta que a Luis, con un subwart 7, le explota el agua….terrible.

Fueron unos minutos de pelea intensa hasta que salió al agua el primer dino. Una tararira tremenda de 3 kilos había visto la luz y con ello iluminó los ojos de los incrédulos…allí estaban, allí vivían..las habíamos encontrado. La ansiedad nos desbordó..era una locura. Los piques se daban furibundos pero muy erráticos. Las bichas atacaban feróces pero ciegas…era mas como si atacaran territorialmente.

Evidentemente viendo los portes y sobre todo, las panzas, las muchachas estaban mas que bien alimentadas. Despues de tanta irritación empezamos a tener efectividad en las clavadas.

La clave era el señuelo y dejarlas sopapear un poco el agua a las tarus con el señuelo en la boca antes de clavarlas. Asi con el oreno de Luhr Jensen Lauti clavó otro increíble dinosaurio de arriba de 3. Mezcladítas salian tarus de 1 a 2 kilitos que en otro ámbito y en otra oportunidad hubieran sido adoradas, hoy eran casi ignordadas. La pesca es asi y los pescadores también.

Al ver la efectividad de Lauti, cambié de señuelo y puse un viejo culu-culu rosado, un señuelo impresentable en su aspecto, pero que ya me había resultado efectivo en otras salidas. Al tercer intento trayendo lento por el medio de la bahía se produjo el tsumani. Un movimiento violento desde las entrañas del barro para que al instante explotara el agua.

Respiré fuerte, conté hasta 3 y clavé con todas mis fuerzas. La caña se arqueó como si del otro lado de la línea tuviera, en ves de un pez, una raíz gigante de un árbol eterno. Fue un rato de pelea y el monstruo cedió y mi locura se refregó ante mis ojos. Tremendo taruchón de unos 3 kilotones estaba ante mi, retorciéndose por volver a su cueva. Gritos, fotos de rigor y al agua. Agradecí a Lauti, Luis y Telmo por llevarme ahí, a los terrenos de las prehistóricas tarariras, ahí donde moran desde antes que el tiempo fuera tiempo.

Asado de rigor en el rancho fashion, y a la tarde salimos a recorrer lugares increíbles. Un delta impensado el de Ramallo, con miles de pasadizos secretos entre paredes interminables de juncos. Llegamos al fondo del laberinto donde Luis nos dijo que hace poco había pescado monstruos. Esta ves probamos sin suerte, temiendo que algún mallonero conocido por los chicos hubiera hecho desastres.

Volvimos a la cueva inicial y seguimos pescando lindas tarariras con el agregado de una variada en señuelos inusual…una vieja del agua con un alfereno, un dientudo real con un brava 90 de marine sports, palometas por doquier. Ya a la tarde volviendo a puerto volvimos a pasar por la cancha de los dorados. Tuve la suerte de clavar un lindo cabezon con un iron head…que mas pedir, la faena estaba completa.

Terminamos el dia a los abrazos con los Butti y con Telmo, logramos una jornada memorable, disfrutamos de la compañía única de esos hermanos que solo la pesca puede dar y para colmo……conocimos a los dinosaurios vivos de Susana….que mas pedir.