Contra viento y marea
Posteado el 22 Jun 2013 por Walter Marquez | ,
Despues de 3 meses sin mojar las cañas por la paternidad y un viaje familiar, la ansiedad pesqueril iba en aumento hasta que por fin surgió el ansiado retorno. De la mano del amigo Nico Bimmer y de Maurito Flores se armó una nueva salida en busca de los grandes dorados del norte.
En principio el destino era incierto hasta tener algun dato certero de donde se estaba dando el pique. Esto se pudo hacer gracias a que en esta aventura contábamos con la lancha propia, El Asmar, de Nico y la idea era ir a hacer campamento en algun delta del Paraná para pescar 3 días en el fin de semana largo del día de la bandera.
Llegado el día de salida, y ya en casa de Nico cargando los bártulos decidimos el destino. En toda la cuenca del paraná medio y alto paraná no se daban datos de buena pesca asi que decidimos ir a un lugar que siempre algun cabezon nos regala y que tiene un delta precioso para pescarlo....Bella Vista.
Partimos temprano con un viaje tranquilo en la ruta aprovechando que era un día antes del comienzo del fin de semana largo. La logística armada funcionaba asi, ese día recorrerimos los casi 600 km que nos separaban hasta la ciudad de Esquina, Corrientes, ahi haríamos base esa noche en la posada Hambaré, donde la comodidad de poder dejar la lancha cargada en sus instalaciones sumado a poder cenar y dormir ahi mismo, nos daba el plus de descanso y relax necesario para encarar lo que venía.
Despues de las milanesas de surubi, increíbles por cierto, un descanso reparador y de levantarnos a las 5 de la mañana, encaramos los 200 km hasta la ciudad de Bella Vista donde rapidamente y con ya todo armado, hicimos roll, bajada de lancha y partimos por agua.
Día uno...
Despues de recorrer unos cuantos km a Paraná abierto empezamos a realizar el plan pergeniado la noche anterior, ingresar al delta de Bella Vista por el arroyo San Lorenzo y remontarlo pescando lo mas arriba posible. La idea era hacer el campamento en una zona que los guias habitualmente no llegan por ser lejano.
A los pocos minutos de navegación por el San Lorenzo pasamos un banquito de arena donde vimos algo de actividad, asi que agarramos armas y con nuestros artificiales montados salieron los primeros lances.
Ya al primer tiro tanto Mauro como quien escribe teníamos un doradillo en nuestras líneas peleando contra corriente, despues de una maniobra complicada para acomodar la lancha contra la costa tupida de árboles donde nos tiró la correntada, pudimos subirlos, foto de rigor y de vuelta al agua. En estos lances de poca agua el power minnow 120 SR, el de la paleta mas cortita, es infalible.
Remontamos de nuevo el río y vimos que se podía acceder al banco de arena desde la costa bajanda unos metros mas arriba. Allá desembarcamos y con las cañas en mano nos acercamos al banco pero del lado inverso de donde habíamos tirado anteriormente.
Lances y pique de nuevo. Esta vez el agraciado con una captura arriba fue Nico con lo cual la primera premisa en una salida de estas que es que todos tengamos una captura arriba ya estaba cumplida. Parece una tontera pero cuando uno anda torcido y esa captura inicial se niega con el paso de las horas termina siendo un motivo importante de nerviosismo y de mal humor.
Despues de un par de lances mas nos dimos cuenta que los chiquitines se fuueron raudos a otro destino. Evidentemente el dorado tiene un ámbito tan grande en esta zona que ante cualquier movimiento extraño huye a otro.
Remontamos el San Lorenzo hasta casi llegar a su desembocadura con el Paraná a medio camino de Empedrado. Por la zona empezamos a mirar a la ribera del río un buen lugar para acampar y por fin lo encontramos. Cubierto entre la densa vegetación, un pequeño claro, ofrecía todas condiciones para poder armar el campamento base.
Despues del camp y de unos ricos fideos calentitos que hizo Maurito volvimos a las canchas. Hasta ahi el clima venía siendo frío, nublado, ventoso y con una fina llovizna que le ponía condimento a la travesía.
Despues de garetearlo, sin suerte,casi entero al San Lorenzo retomamos casi al anochecer al campamento base. Antes de dar por terminada la jornada volvimos a largarnos al garete desde ahí aguas abajo hasta una zona de donde las lagunas interiores largaban agua hacia el río. Y ahí mismo, en uno de esos puntos, tuvimos la primera gran batalla.
Tiramos los 3 en una caída pequeña de agua negra y explotaron los señuelos, el mío terminó en un árbol al clavar en falso, Nico no pudo afirmarlo y safó antes de comenzar a pelear, Maurito idem, pero el cabezón le persiguó de nuevo el engaño y ahi si el negro afirmó el brazo y en un abrir y cerrar de ojos desde el agua salió una masa inmensa y dorada cabeceando, tratando de desprenderse ese pez que no era pez y que terminó pinchándole la jeta.
Pelea tremenda, ida y vuelta, el dorado encara contra un palo y lo rodea, se afirma contra corriente y contra el palo. Maurito no le da tregua ni le cede la pelea y ante esta situación límite toma la posta Nico y pone en marcha la lancha contra corriente para tratar de destrabar el palo y al dorado. Lo logra y ahi nomas vuelve la pelea mano a mano hasta que cansado el pirayu logramos izarlo. Un chancho a bordo el primer dia, nada mal.
Volvimos al campamento contentos no por haber tenido una pesca excepcional sino por haber logrado una excelente pieza. Nuevamente una fideada regados de buen tinto para despues de postre tomar un tia maria cream.
La noche seguia cerrada aunque sin lluvia. Nos fuimos a dormir muy abrigados por el frío reinante, aunque al instante estábamos todos bailando con Febo, hasta que entrada la madrugada se cayó el cielo. La tormenta arreciaba aunque la carpa aguantó estóicamente y nos mantuvo bastante secos. La noche había terminado y con el nuevo día comenzaba otra historia pesqueril.
Dia dos...
Segundo dia decidimos salir a río abierto a la zona de Bancos de la desembocadura del San Lorenzo en busca de algun chancho. La realidad era la que imaginamos, el pescado no estaba aguas abiertas, sino metido en el delta donde desaguan las lagunas trayendo carnada.
La lluvia seguía intensa de a ratos, mas fina de a otros, pero molesta siempre y el frío seguia siendo intenso, mas cuando navegamos en el Paraná bajo un viento fuerte de frente, o sea condiciones climáticas imposibles.
Volvimos a meternos en delta garetando aguas abajo por un pequeño arroyo afluente del San Lorenzo que tenía un buen caudal de agua corriento fuerte. Ahi tuve un lindo pique de doradillo que clavé, saltó, peleó y escupió el señuelo. Al rato Nico metió una hermosa pieza dorada que terminó en captura despues de tomar un rapala magnum floating color cardenal. Parada técnica en la que aprovechamos para almorzar unos ricos patys a la cacerola para reponer fuerzas.
Volviendo al San Lorenzo y con un sol radiante que de la nada surgió en el cielo, el sr suertudo Maurito volvió a meter un lindo pescado en un desague y mas tarde otro que no generó foto por que sus compañeros ya lo querían tirar al agua. Un rato mas terminamos el día ya con un par de pescaditos interesantes en el haber.
Dia tres...
Tercer día y nuevamente con lluvia. Puteadas de rigor por nuestra mala fortuna y a la cancha nuevamente. Esta vez bajamos hasta el banco de arena para garetear un arroyito bien chiquito a ver si estaban ahi los salminus, no tuvimos mucha suerte. Segundo punto del día a relevar era el palerío infernal que esta en la punta de un islote en el medio del paraná y que la última vez que estuvimos nos había salvado la salidas con unos cuantos chanchos.
Nuevamente confirmamos que el pescado no estaba aguas afuera, almorzamos atados a los palos y volvimos a encarar un arroyo precioso que habíamos visto el día anterior. Como era de esperar al principio y ya nuevamente con sol radiante en nuestras espaldas el sr Culini clavó un par de pescaditos contra unos palerios preciosos.
Pero como siempre digo la pesca te da revancha siempre, y esta vez la misma fue en la misma salida. Ya casi terminando de recorrer el arroyo pasamos por una boca de otro arroyo que desaguaba en el que veníamos corriendo. Unos metros antes Nico y Mauro tuvieron toques tímidos que no supieron dilucidar que era hasta que finalmente llegamos a la boca misma.
Ahi lancé mi banana de bait amarilla al medio del desague. Tracción lenta y cuando se acercaba a la lancha y comenzaba a subir lo veo a él, o mas bien a su mandíbula tremenda subir desde las profundidades y atacar sin piedad el engaño.Clavo con todas mis fuerzas, el pez siente ese golpe y salta furibundamente cabezeando imponente hacia todos lados. Una postal de vida.
La pelea fue pareja, por suerte, había cambiado un rato antes los triples del lure y tenía unos saltwater bien resistentes, algo chicos, pero una vez penetrada la quijada era muy difícil que pudiera quitárselos.
Finalmente el sr chancho subió a la lancha con mi emoción en su punto máximo. Los que les gusta la pesca saben bien de que les hablo. De ese momento en el que el frío, viento, hambre, sueño pasan a un quinto plano porque el objetivo estaba cumplido. Fotos de rigor y un beso para devolverlo rapidamente a su habitat con el menor daño posible. Gracias sr dorado, gracias por siempre.
Volvimos a remontar el arroyo para pasarle a esa boca preciosa, aunque esta vez la suerte estuvo esquiva y no dió ningun pique. Pero no podíamos irnos sin volver a intentarlo. Nuevo remonte y gareteada y esta vez el que tuvo su premio fue Nico, mas que merecido, y con una mojarra alfers mismo color que mi banana, clavó su presa. Tercer chancho en la lancha, uno para cada uno, no podía ser mas justo, y la alegría mas completa.
Ya terminado el día, volvimos a puerto para volver a la civilización, no tan amena y civilizada a esta altura. Ya en tierra recabamos info de los que iba volviendo, la pesca había sido espantosa para todos con lo que nos podíamos sentir agraciados de haber logrado algunas buenas capturas con este clima horrible.
Ahi mismo hicimos la inversa al camino de ida y tomamos ruta para llegar a Esquina y descansar nuevamente en la posada Hambaré. El este pesquero la pesca fue igual de mala para todos.
Ya en casa sentado y disfrutando de las imágenes y los recuerdos puedo decir con seguridad que la peleamos contra viento y marea para sacar adelante una salida dificilísima pero que al lado de los compañeros que tuve terminó siendo una fiesta de la pesca y la amistad. Gracias Nico y Mauro por una salida única y brindo por las próximas que espero sean pronto!