Walter Marquez Pesca deportiva

Con la misma mecánica de los últimos años la pesca se nos viene haciendo adversa desde el mismo momento de poder armar una salida. La inactividad absoluta de la tararira, nuestra especie emblema del verano, nos obliga a replantear o a esperar, según podamos.

Asi fue que que decidimos adelantar el comienzo de la temporada pejerreyes y ya en Marzo, intentar buscarlos en nuestra amada Salada de Madariaga. La dinámica de esta salida la tenemos ajustada y nos satisface mucho en general. Viajar un día anterior, comernos un asadazo en el Camping de la Tablada y dormir en algunos de sus humildes bungalows, es perfecto.

Para esta salida pudimos recuperar a Néstor, que reemplazo al ausente pelado Ariel. Una alegría que viniera. Eso si, antes de viajar,le avisamos a Joaquin, nuestro guía habitual, que el pronóstico de viento daba muy muy fuerte, pero como el nos aseguró que tendríamos lugares de reparo para pescar, accedimos a viajar sin problema

Viajamos, llegamos, cenamos y a dormir hasta el día siguiente en donde nos preparamos a full para encarar este hermosísimo espejo que tanto cariño le hemos tomado.

Saludos de rigor con Joaquin y al agua pato. Ya en ese trayecto de la salida, en la cual nosotros esperábamos mas agua por las lluvias pasadas, nos encontramos con el mismo panorama desolador del año anterior, muuuy bajo el canal, casi que saliendo empujando. Costó mucho llegar a laguna abierta. Arrancamos hacia la derecha de la salida del canal, sin irnos demasiado al medio de la laguna del plata, tratando de avanzar con mucha dificultad por la poca agua que había.

Lineas al agua, bajo un viento bastante increscendo. Dami, Nestor y yo preferimos usar lineas armadas por el propio Joaquin, de 4 boyas plásticas, muy livianitas para que puedan caminar con el viento. La idea era anclarse a unos 200 metros de la costa e ir dejandolas derivar hacia la misma. Ayer el pescado estaba acardumado ahi nos dijo nuestro avezado guía.

Y tenía razón, no tardamos mucho en tener pique de pejerreyes hermosos y vigorozos tanto Victor como yo en nuestros aparejos ultralivianos. La cuestión era afinar la vista y tratar de mantenerse firme en pie con el viento arreciando en nuestras espaldas.

La mañana fue avanzando entre muchos piques de dientudos, bagres y pejerreyes de lindo porte. En esta racha estuve, por suerte muy efectivo, metiendo buenas flechas en piques muy francos que cuando decidían llevar las pequeñas boyas marcaban muy bien el pique.

Los chicos en esta racha estuvieron un poco mas flojos o menos suertudos segun el caso. Victor tenía muchísimos piques, que eran todos bagres bigotones que estaban tremendamente activos y Néstor no encontraba el timming con sus boyas lo que obligó a que cambiara de linea. Increíblemente nuestro guía, que dejamos que pesque siempre, asi nos va llenando de escamas y marcando los points de pesca, estaba totalmente errático y no lograba levantar ningun pescadito.

Por suerte, aunque el viento era fuerte, la poquísima agua que tenía la laguna en esta abra permitía una pesca medianamente cómoda. Lo que si, las boyas navegaban como querían despatarrándose de lado o de golpe frenándose con la gambarrusa a flor de agua. Realmente una pesca totalmente distínta a la que estábamos acostumbrados en otras ocaciones de contragarete veloz.

El día continuaba bastante parecido a como empezó, con variedad de ataques de pejerreyes de buen porte, dientudos molestos y bagres generosos en su pelea, donde sin miramientos hundían las 4 boyas violentamente en cada pique. De más está decir que no le aflojamos ni un poquito a la pesca, por mas de que no sabíamos que era lo que estaba del otro lado de la línea.

Asi pues fueron sumandose piezas al conteo ya con el equipo participando en general, bastantes parejos en intensidad de ataques y variedad de capturas. Cuando miramos a nuestro alrededor vimos que la mayoria de las lanchas que salieron estaban a la par nuestra, era evidente que el cardúmen estaba en esta zona y de a poco lo estaban arreando hacia la costa para que no se disperse. Esas cosas maravillosas que tiene la pesca del pejerrey. Todo un arte.

Por suerte, para alegría de todos, el amigo Néstor que venia medio flojon metió un pescadazo hermoso, quizas el mejor de la jornada. Para él que venía de un largo tiempo de inactividad pesqueril era un premio al regreso a las armas y, para nosotros, la satisfacción de haberlo traido de vuelta.

Al ir acercándonos al mediodía nos fuimos desanclando y arrimando a la costa logrando tener mas a mano el cardúmen de pejerreyes. Allí se fue notando la mejora con un par de dobletes de cañas. Lamentablemente tambien a esa hora se empezó a levantar un viento mucho mas fuerte que nos terminó encayando en una costa, lo que hizo por demás dificil poder volver a salir a laguna abierta.

Con el mediodia golpeando a pleno nos movimos hacia la costa del otro pesquero, el de CHiozzas, para pedirle al dueño de poder desembarcar ahi y volver en camioneta a la Tablada ya que canal de acceso a este último ya estaba totalmente colado de agua y se iba a hacer dificil el regreso.

Probamos un ratito mas del lado de la costa cercana a lo que era el Mirador, pero era imposible mantenerse en pie y el pique se había puesto en esa zona nulo. Asi que decidimos dar por terminada la jornada ahi mismo, transformandola en una media jornada donde pudimos pescar, lograr buenas capturas y quedarnos calientes de que si el viento no nos hubiera hechado el resultado final del día hubiera sido apoteótico.

Asi terminamos una visita mas a nuestra amada Madariaga que sigue teniendo tremendos pescados, pero cada vez menos agua, y es algo que realmente nos preocupa. La pesca en este 2024 empezó como terminó 2023, irregular, dificil de armar buenas salidas y con perspectiva de un año igual de dificil que 2023. Esperemos que podamos revertir la tendencia.