Maleconazo

Posteado el 08 Ene 2007 por Walter Marquez   |   ,   

Ya llevaba casi dos meses de abstinencia pesqueril. Las malas condiciones meteorológicas de los fines de semana sumado a no encontrar con quien ir y no saber donde ir (el rinde en las distintas modalidades venía siendo bastante malo) me tenia en verdaderas ascuas. Pero como dice el refrán no hay mal que dure cien años y un llamado sorpresivo el domingo a la noche abrió las puertas a una nueva salida. Facu del otro lado me preguntaba si quería pescar mañana, lunes, en Berisso donde tenían la data de que estaban saliendo firmes las tremendas bogas de la zona.

No dudé, aunque no era la pesca que esperaba hacer, sigo soñando con que las tarariras se pongan firmes en algún espejo en este comienzo pobre de temporada. La forma de pescar estas bogas no es de las que mas me gustan. Plomitos con una brazolada a fondo y esperar el pique sutil, sobre los palos de los Malecones de Berisso. Lo que si doy fe es que una vez que clavas una de estas damas de río la pelea es espectacular.

En esta oportunidad fuimos de la partida Jorgito Lestido, Luisito Pirayú, Facu y yo embarcados en “la esperanza” el comodísimo trucker capitaneado por ese excepcional personaje llamado Horacio Grau, mas que un guía un amigo. El tiempo se presentó mucho mejor de lo esperado. Nada de viento con un cielo totalmente abierto al sol, que pegó en nuestras cabezas como si fuera pleno enero. Mas no se podía pedir, ah si, que hubiera buen pique. Arrancamos desde la marina del sud, con todo el riopla para nosotros, apenas si habían 3 lanchas saliendo a pescar, eso es un punto extra, un verdadero placer el disfrutar de la soledad del agua, del sol y de la pesca. ;

  
  

Llegamos rápidamente a los palos exteriores de la margen derecha donde nos amarramos sin dificultad. En un par de minutos ya estaban las líneas en el agua esperando el momento de enfrentarnos a esos peces desconfiados en el pique pero monumentales, una vez clavados, en la pelea. Pensando en ello decidí llevar un equipo mas liviano que el que utilizo habitualmente, mi shimanno integrated de spinning con el reel de Abú garcía 301 de pejerrey con multi del 0,12. Todo un equipo UL para esta pesca. Las líneas fueron las convencionales, trozo de nylon del 0,40 que se dobla casi al medio para formar dos brazoladas. La mas larga se pone un plomito lapicera de 40 grms y en la mas corta el anzuelo boguero 1/0 . Esta vez la carnada fue masa porque la lombriz colorada no venia rindiendo bien. Esto fue todo un acierto en el recuento final de piezas obtenidas.

El primero en tener un pique de tronco fue Jorgito Lestido que metió un hermoso bogon de 4 kilos. El baile que le dió por la borda llevándolo de acá para alla fue digno de que todos dejáramos de pescar por un momento para disfrutar esa pelea. Al cabo de unos minutos, y como siempre con esta especie, una vez que logró "plancharla" en superficie, se entregó mansa para la izada y fotos de rigor. Tremenda.

  

Seguimos con buenas sensaciones durante la mañana con Facu y Luisito subiendo piezas realmente preciosas. El pique se venía dando, como siempre, bien entre los palos, dejando derivar el plomito entre las piedras y rogando que no se enganche en las mismas o en los palos, porque si eso pasaba era línea perdida en el 100%100 de las veces.

Así transcurrió la mañana y yo venía sin lograr subir captura. Tuve varios piques sutiles fallados y mucho enganche en la piedra. La cuestión era no desesperarse y seguir con el temple hasta encontrar el timming justo y que la diosa fortuna te sople un poquito de su brisa tambien.

  

Casi al mediodía, cuando estábamos preparandonos para el parate del almuerzo, finalmente encontré el tan mentado swing de cañada, el momento justo en que toma y que hace que sea pique o mierda, como decimos habitualmente los pescadores.

Ahi si, una boga preciosa casi me destroza el equipo de spinning con su poder. El equipo justo al límite para pescarlas fue un acierto, aunque tambien, un susto. Pero el valor del disfrute de la pelea valió la pena la espera. Tremenda boga de casi 4 kilos terminó con el maleficio del día, ahora si íbamos por todo.

  

Paramos para almorzar, pero esta vez nos fuimos a la costa de la Isla Paulino. Paulino es, primero, a la distancia, un pedazo de tierra tallada a pico y pala y, más lejos, un bosque de sauces, eucaliptus de ramas desmesuradas, campos de matorrales y pajonales, costeados por bahías de color verde sucio y un balanceo eterno de totoras y juncos. La arena parece mezcla de barro y petróleo.

En la Isla hay una proveeduria para sumar alguna cerveza fresca al almuerzo, además de tener parador para descansar. Disfrutamos de ese momento de amistad absoluta, de relax, de entender sólo nosotros, los pescadores, el valor de esos instantes que siempre, pero siempre quedan en la memoria, asi pasen mil años. Y asi, despues nos preparamos para volver a la batalla de los palos, con esas damas arteras que venden tan cara su derrota.

  

La tarde continuó igual de fructífera en cuanto a piques y portes, y también en cuanto a diferencia entre el resto y yo. No fue uno de mis mejores días pero pude sacar varias, aunque la lluvia de escamas de parte del resto fue espectacular. La verdad que tuvimos un día único, por pesca, compañía, clima, por todo.

Llegando a la tarde decidimos el lento y relajado regreso a puerto. La jornada había sido excelente, con bogas de las mas poderosas que este lugar tan mágico puede dar. El dato era certero y robarle un día al trabajo para pescar, y semejante pesca, era como haberle ganado un día extra a la vida. Estas cosas no tienen precio y valen un recuerdo eterno.

     

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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