El infierno está encantador

Posteado el 20 May 2006 por Walter Marquez   |   ,   

Mayo en Buenos Aires y del otoño no hay novedades. Días de 27°C de sensación térmica crea desconcierto en los amantes del pez rey sumado a sudestadas que no llegan, aguas que siguen tibias y turbias mantienen pobre el pique en el norte del estuario. Un pampero de los buenos nos frustró el primer intento de buscar esas flechas de plata que todos los años para esta época peregrinan estas aguas. El pronostico marcaba el ingreso de un fuerte frente frío esa semana, reprogramamos la salida, y a ahora si a pescar.

  

Sábado, 7.45 AM nos encontramos en la zona de guarderías de San Fernando donde un trucker nos esperaba amarrado sobre el Río Luján, listo para el embarque. Vientos leves del sector SSW que rondarían entre los 6 y 9 km por hora prometían una navegación placentera y rápida donde el frío alimentaba nuestras expectativas de buena pesca. Disfrutamos ver esa bruma flotando sobre el agua con los primeros rayos del sol, mientras navegábamos por el canal vinculación, comunicados por VHF con el resto de las embarcaciones que serian de la partida.

Emprendimos el derrotero, por el Río Urion, playa honda, Paraná de las palmas, con agua de sobra pasamos por los bajos del temor para seguir el camino a los palos. Pablo tuvo el honor de poder pilotear la embarcación hasta la islas Solís y Oyarvide, donde nuestro guía tomó nuevamente el mando cruzando el canal Buenos Aires para luego acomodarnos detrás de la Isla Martín García.

En un marco imponente armamos los equipos y pusimos líneas al agua. Equipos convencionales con varas entre 4 y 4.50 metros con reeles medianos y chicos cargados con multifilamento en todos los casos, boyas de varios colores con y sin trampa, anzuelos grandes encarnados con mojarras de excelente calidad

     

Los piques no se hicieron esperar y se sucedían uno tras otros, con portes medianos en su mayoría, pero con algunas piezas fuera de la medida que salían en forma intermitente, la cantidad de piques obtenidos en la primer hora de pesca nos ponía mas exigentes tratando de buscar algún trofeo.

A todo esto el garete ya casi nos tenia sobre las piedras de la costa Uruguaya por lo que había que remontar para hacer una nueva pasada, fue ahí donde intentamos en aguas algo mas profundas. Navegando sobre el canal donde el ecosonda marcaba 10 metros, decidimos bajar las brazoladas, en algunas cañas para ver que pasaba, inmediatamente Jorge tubo un doblete de pejes (45 cm) cada uno, que ahogaron sus tres boyas y dieron fuertes corridas.

  
  

Mejoramos el tamaño pero la proa seguía haciendo diferencia hasta que le propuse a Pablo sacar una de esas latitas que siempre tiene en el bolso de pesca para reforzar la ceba; y fue justo ahí que logramos emparejar las cosas, arrimamos la pesca a 25 metros de la embarcación y así lo mantuvimos durante el resto de la jornada, Donde Diego y Yo hicimos de las nuestras pique tras pique entre dobletes y carcajadas.

La mejor, boya como casi siempre que la usamos, terminó siendo la bigotera- En este caso yo usé esférica de 20 mm. blanca adicionada a la última boya de la línea de tres que tuviera puesta. Chupetonas, palito esféricas grandes simples y quilladas, fueron buenas opciones, pero principalmente en color blancas y verde fluor. Una combinación letal.

  
  

Seguimos gareteando el canal del infierno entre la isla Martin Garcia y la costa uruguaya. Este lugar fue donde mejor se acomodó la pesca, tanto en continuidad, cercanía de los piques y calidad de los peces. Los dobletes aparecieron sin problemas y todos tuvimos la suerte de pescar duro y parejo, viendo las boyas correr sin parar de lado a lado ante el ataque furibundo de las flechas de plata.

Luego de algunas secuencias mas con iguales resultados y con mas de 100 capturas, coordinamos el horario de regreso para las 16.00 hs. Guardamos los equipos, embebidos en escamas y emprendimos la retirada entre mate amargo y un sol naranja que poco a poco se iba escondiendo, dejando atrás otro día de pesca, otro día de amistad prometiendo volver dejando en claro que a los pescadores nos gusta ir al Paraíso pero debes en cuando una vueltita por el “infierno” no esta nada mal.

  
  

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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