El deseo

Posteado el 25 Jun 2023 por Walter Marquez   |   ,   

"El deseo es el interés que tiene una persona por conseguir algo en concreto. Es la consecuencia de una emoción cuyo objetivo es generar acción en un individuo para alcanzar su meta. El deseo hace referencia al impulso o sentimiento de alcanzar algo en concreto que se anhela fervientemente". Con esta definición práctica del deseo, ese sentimiento que nos impulsa constantemente en nuestra búsqueda, inicio una nueva nota de una nueva aventura pesqueril que nos llevó a un destino internacional que ya he visitado antes pero que siempre le guardo un lugar especial en mi corazón.

Despues de ese asombroso viaje al Amazonas profundo de hace unos meses atrás pensé que no volvería a practicar este hermoso deporte internacionalmente por un buen tiempo. Pero como todo en la vida, es oportunidad y voluntad por tomarla. Así, cuando Bobby nos tentó con volver a Suia Micu en una fecha nueva y en un momento del río totalmente distinto a que fui las dos veces anteriores no me pude resistir.Con el apoyo familiar que siempre se banca mis locuras y con unas finanzas bastante sanas que me permitieron contar con el capital para este tipo de viajes, me encontré con mi cumpa Victor, volviendo a analizar equipos, señuelos, tácticas y demas menesteres que con cada experiencia se va sumando mas y mas variantes. El deseo siempre es un consejero audáz para tomar este tipo de aventuras cuando surgen.

A mediados de Junio nos encontramos con el resto de los participantes (algunos con los que ya había compartido experiencias y otros que veía por primera vez) en Aeroparque para embarcar directamente hacia Brasilia, donde nos subiriamos a un micro alquilado para la ocación que oficiaría de hogar por los próximos 600 kilometros hasta Barra de Garcas. Pasando la noche ahi, al día siguiente partiriamos a cumplir los 400 faltantes hata llegar a Querencia.

  
  

Ya en Querencia pasamos la noche en el Hotel Porto Seguro para pegarnos una refrescada y salir a cenar. A la noche nos fuimos a cenar a un restaurante céntrico donde disfrutamos de pizza por metro y garrafa gigante de cerveza bien helada.

Aunque lo mas loco que me pasó en este lugar fue, viendo que el lugar tenía televisión por cable, pedirle al mozo si podía ponernos el partido de River que jugaba esa noche el partido suspendido con Banfield. Una locura cuando lo puso, nunca pensé que iba a ver al club de mis amores en un lugar tan alejado y en vivo. Ni hablar cuando pude gritar los goles de esa noche con Bobby, Charly y Marcos, tan gallinas como yo. Un lujazo!

Ya a la mañana siguiente encaramos con el micro los largos 200 km desde la ciudad hasta la posada en la mata. El camino se ve cada año que venimos mas mejorado o, para peor, mas tierra tomada a la mata por el progreso de la soja. Se llega mejor, pero, se sabe que se sigue perdiendo biodiversidad, una veradera lástima.

Ya en la Posada nos acomodamos en los cuartos, nos pusimos la malla y a disfrutar de la pileta. Al rato comenzamos con la oferta gastronomica tan abundante del lugar, picada y caipiriñas para esperar la cena mientras preparábamos los equipos de pesca que usaríamos el día siguiente. Era como sentirse en casa.

  
  

1er día de pesca.

El gran desafío de este viaje era ir a un lugar que ya nos había pagado mas que bien las veces que vinimos en un momento totalmente distinto de la temporada. Siempre lo pescamos en Agosto, ya con el río bien bajo, el pescado acardumado en las resacas y riveras del río, aprovechando los lugares de las lagunas donde se puede pescar los palos hundidos. Pero para esta salida, la fecha era junio, donde el rio recien comienza a bajar por lo que suele estar alto, pero el pescado menos pinchado y con los grandes mas activos porque todavía no se acasalaron para reproducirse.

Asi pues, salimos en este primer día y ya la impresión del muelle era desafiante. Alto, muy alto el río, encontrar los lugares de pesca iba a ser dfícil, y sobre todo, poder pescar el interior de las costas, donde el agua se trepaba al terreno y no nos daba margen de lance para encontrar a los codiciados tucunarés.

Nuestro guía en este viaje iba a ser Neldo, un vaqueano que nos llevó a nuestro primer point. Una boca de laguna que se transformaba en resaca en su interior. La casteamos profundamente sin mucho resultado. Finalmente empezaron a picar en unas correderas que se dieron afuera de la laguna. Nada extraordinario, peces bien pequeños que tomaron artificiales en subsuperficie como el lele blanco de Nakamura o el Poderosa de la misma marca.

  
  

Al cabo de un buen rato de poca actividad nos movimos a otra laguna que yo conocía bien. A la laguna del muelle elevado, como la llamábamos nosotros, la fuimos peinando meticulosamente sin demasiada suerte hasta que llegamos a un borde donde el agua corría con fuerza entre un palerío que generaba una curva preciosa. Hacia allí fueron nuestros señuelos.

Yo me trabé con los de subsuperficie donde tuve algo de actividad pero nada firme. En cambio Victor, a sugerencia de Neldo, metió un minnow de paletita corta que lo trabajaba stickeando. El Duel Aile Magnet 105F se transformó en un asesina serial de esta cancha metiendo unos lindos tucunarés, con un trofeo de 58 cm y un bello trairao de 3.5 kg. Todo en una larga pasada en esa hermosa corredera. Realmente impagable.

  
  

Ya con el calor apretando decidimos darle tiempo al encuentro gastronómico. En el primer día decidimos que todos nos juntaríamos en una isla a disfrutar de carnes, petiscos y pescado asado, regado por interminables cervezas heladas. Ahi si pudimos charlar con el resto de los muchachos que habían tenido suerte parecida, salvo un par de lanchas que habían pescado un poco mejor.

Evidentemente la altura del río hacía que tengamos condiciones muy distintas a la esperada y había que adaptarse. Mejorar los lances para poder entrar adentro de las matas inundadas era fundamental. También que los guías busquen alternativas a las canchas conocidas por nosotros ya que muchas de ellas o estaban demasiado inundadas o directamente no se veían por el agua.

Ya con la panza llena y el corazón contento algunos aprovechamos para disfrutar del encanto de las maravillosas hamacas paraguayas. Un lujo que nos regala la mata en medio de tanto calor sofocante.

  
  

A la tarde se me abrió un poco el arco a mi, como se suele decir en la jerga futbolera. Con jigs de pelo y señuelos de paletita corta, como el Poderosa de Nakamura, se me fueron dando pequeños tucunarés con alguno mas respetable lanzando en las resacas de las lagunas interiores.

Ya avanzada la tarde empecé a probar con el Bonnie 95 de Jackall, uno de los mejores stjcks de la historia. En uno de los primeros lances contra una corredera que salia de una laguna me explotó el agua, hermosa pelea hasta que pegó un salto y la vimos, una tremenda vicuda pegó el señuelo. La alegría cuando la saqué fue inmensa.

Asi tambien fui probando otras cosas y tuve la suerte de dar con un hermoso trairao usando un señuelo nuevo que había comprado en el viaje pensando en ellos, el Ram poper 90 de Marine Sports. Tremendo poppeo hace este señuelo, el trairao lo atacó apenas le pasé por entre las piedras, regalandome una hermosa captura. Tambien tuve la suerte de embocar algun ataque de matrinxa que terminó en captura de este pez tan esquivo como deportivo.

Ya de vuelta en la posada disfrutamos de la gastronomía local que es, sin dudarlo, de las mejores que probé. Te reciben con picada fria y caliente, mucha cerveza helada y caipiriñas sublimes en canilla libre. A la cena, comida elaborada local para comer a reventar. Sobremesa con truco y wiskey, para tratar de ir a dormir temprano asi se esta medianamente entero al día siguiente, las jornadas son largas y agotadoras, hay que tratar de cuidar el cuerpo.

  
  

2do dia de pesca.

Segundo día y ya las pautas se estaban empezando a mostrar. Río complicado que había que leerle bien, por lo que dependíamos mucho de dos cosas: buenos lances y que el guía encontrara buenas zonas de pesca. En el primer punto estoy seguro que no fuimos todo lo preciso que se debe, arriesgando mucho si, pero colgando mas de la mata de lo que se debe para no ensuciar la cancha. Del segundo punto hablaremos mas tarde, con la nota desarrollada.

En esta mañana salimos con la premisa de intentar un poco mas al trairao, viendo que el tucunaré estaba mañoso y que algunos chicos habían logrado buenas capturas de trairao el día anterior. No queríamos que nos pasara como la última vez que vinimos a este pesquero que nos obsesionamos con el tucunaré y descartamos mucho al resto de especies que tiene.

Asi pues entramos en una laguna con árboles altísimos, donde todo quedaba en sombras y donde había una gran resaca casi sin movimiento de agua. Lugar ideal para estos monstruos de río. Primer lance de Victor con un highlander lastrado con cuchara y, violento ataque, se pone a pelearlo tranquilamente, mientras yo aprovecho y hago un segundo lance a la misma zona buscando a su casal. Tremendo ataque y teníamos el doblete de chanchos trabajando en nuestras líneas. Lamentablemente el mio logra safar, parte en la mala fortuna, parte en que al no tener copo (ahi me di cuenta de este fatal error del guía) tuve que esperar un buen rato hasta que levantara el de Victor.

Despues de peinar toda esa laguna sin resultado alguno mas que el de los trairaos del inicio, decidimos ir a una cancha que queremos mucho, el Paranaiba. Este río habitualmente serpenteante siempre está lleno de pequeños tucunarés ya que es el reservorio donde va a procrear y anidar esta especie. Cuando llegamos nos dimos cuenta de la real dimension del estado del río, lo que era un arroyo serpenteante ahora era un mar com muchos palos en superficie.

Desde la boca comenzamos a castearla sin casi actividad hasta que llegamos a la segunda sección de curvas donde se veía correr un poco el agua. Ahi estaban cazando los tucunarés, agazapados, esperando que les corra comida. Ahi hicimos la pesca de la mañana, donde yo estuve muy fino para lograr muchas capturas pequeñas pero cumplidoras.

Anécdota aparte, en uno de los lances clavo un tucunaré que era pequeñisimo, apenas lo empiezo a traer, me explota el agua y la caña se pone rígida como un palo, y entro a pelear un tucunaré gigantesco que se habia engullido al que yo había pescado. Otra vez, despues de un rato de pelearlo y cuando el guía va a levantarlo, la bestia cabecea, rompe la anilla y se va como un campeón....otra presa perdida por no tener copo. Lo mas increíble es que de adentro de la boca salió el pequeño que seguia enganchado en el otro triple y terminó siendo la captura. Una locura.

  
  
  

Al mediodía paramos nuevamente en la isla donde nos encontramos todos y pudimos intercambiar opiniones. Varios habían pescado bien y otros seguíamos con mas intermitencias. No es que no habíamos tenido suerte, en Paranaiba estuvo muy entretenido, pero algunos habían encontrado mejores portes y otros algun que otro lugar como el nuestro donde estaban acardumados los peixes.

Tras el almuerzo y la siesta de rigor volvimos al agua pato. Para la tarde, que generalmente es mas corta, volvimos a probar en la laguna detrás del muelle alto donde pudimos encontrar la misma zona bien poblada de tucunarés que alegraron el momento. Algunos decentes, otros mas pequeños, pero todos rabiosos al fin. La idea de ya tener el pulso de que artificiales usar, minnows de paletita corta en este caso, nos facilitó la tarea.

Para el final de la tarde nos fuimos a intentar encontrar mejor porte en las bocas de las lagunas donde corre el agua con mas intensidad y larga carnada viva a los predadores. Al llegar a nuestra elegida, preparé un jig de pelo de la marca yara color verde y blanco. Apunté al borde donde mas corría el agua y lancé pasándole unos metros como para entrarle ya sumergido y con el jig trabajando. Ese primer lance bien colocado no tardó mas de 5 movimientos para encontrar presa que me plantó la caña. Ahi me di cuenta que era un pez grande porque se dedicó a correr bajo superficie sin querer asomar la cabeza para un salto.

Esos instantes me recordaron los peces perdidos en el día por no tener copo y se me heló el corazón. Por suerte estaba bien afirmado y el guía lo pudo levantar una vez cansado. Un tremendo tucunaré de 62 cm y unos 3.75 kg de peso. Un hermoso tamaño para la zona y para la especie de tucunaré amarelo. Ya feliz con esa pasada le dimos unos tiros mas a la boca con algun pequeñin mas saliendo para despues pasarle a unas bocas mas antes de pegar el retorno a puerto. Satisfechos de haber mejorado en la jornada.

  
  

3er dia de pesca.

Nuevo día, nuevas expectativas. Esta jornada la arrancamos con algunos ajustes con el guía. La primera fue que se consiguiera un copo como la gente, asi que a partir de hoy ya no perdimos mas pescados, todos asegurados. Lo segundo fue la búsqueda de alguna cancha nueva ya que en las dos primeras jornadas se repitió mucho y los datos del resto eran que buscando encontraban pescado acardumado y/o grande.

Asi pues partimos raudos al amanecer. En el camino nos encontramos con la belleza de un hermoso tapir cruzando el río. Como no nos adentrábamos en la mata era difícil ver la deslumbrante fauna del lugar, pero en este día tuvimos suerte. Lo fotografiamos y lo dejamos que termine de cruzar en paz. De ahí a buscar nuestro primer point. en un par de bocas de arroyos.

En estas pasadas logramos un par de capturas, nada del otro mundo y siempre con señuelos de subsuperficie como premisa. No lográbamos dar con el pescado acardumado y rabioso, todo era trabajar y trabajar, lanzar y colgarse de un árbol. Durísimo.

  
  

De ahi nos fuimos a un lugar mítico, el Aguas Claras. Cuando llegamos pasamos directo por la boca y entramos encontrándonos con un mar de agua. Totalmente tapado el arroyo que suele ser un cauce serpenteante de aguas transparentes, el guía nos mandó a lanzar en superficie en esos doscientos metros iniciales buscando tucunares, algo raro, porque es un arroyo que lo tenemos como de trairao. Salió un sólo pequeño tucunaré que atacó mi duo realis pencil despues de peinar cada centímetro cuadrado de vegetación hundida.

Salimos del arroyo e iniciamos lances a la boca del mismo(cosa rara porque siempre se le lanza antes de pasarle por encima, pero bue, el guía manda). Sin resultados gareteamos unos 20 metros y ahi encontramos un islote que separaba el agua que corría hacia la boca. Ahi si tuvimos varios ataques y capturas de tucunares y algunas bicudas remolonas que pagaron ese rato.

  
  

Seguimos navegando aguas arriba en busca de lugares alejados donde encontremos pescados. En esa búsqueda llegamos a una laguna resaca, con poca profundidad y mucho palerío. Que buscar aqui, a estas alturas, lo que apareciera nos haría feliz. A mi se me ocurrió probar con uno de los mejores paseantes de la historia, pero que uso bastante poco en esta pesca por su gran tamaño....el trairao de Imakatsu.

Este señuelo tiene un rattlin profundo y latoso que es único e irresitible. Comencé con un largo lance para iniciar una recorrida lenta y cadenciosa. No tardó mucho en explotar el agua, tremendo trairao atacó al trairao, que paradoja. Le erró en la primera, pero en la segunda recorrida volvió a volar por el aire y esta vez la hermosa hoplias aimará tomo el engaño haciendose presa.

Despues de la alegría de la captura volvi a tirar entre otro palería y volvió a explotar el agua, le erró lo corrió y tomo de nuevo. Otro trairao terminó transformandose en presa. Nuevamente lance y nuevamente explosión en el agua, esta vez se me corrió en el salto y lo tuve que buscar con un par de tiros laterales y también logré embocarlo. Preciosa pesca de estos tremendos peces en un ratito, mientras Victor intentaba al tucunaré contra las costas y lograba algunas capturas.

  
  

Despues de la panzada de trairones que tuvimos buscamos una buena sombra bajo un árbol para hacer el almuerzo Nos encontramos con otra lancha donde estaban el flaco Piñeiro y Gustavo Larrondo, ahi nos contaron que tambien habían pescado bien en la cancha de los trairones en superficie, mas temprano a la mañana. Almuerzo de rigor, refrescante momento, una siestita reparadora y al agua nuevamente.

Volvimos a la cancha de los trairones pero estas vez la actividad fue nula, se ve que el calor los puso poco reactivos y simplemente ya estaban todos pinchados.Volvimos a río abierto a pescar algunas bocas de lagunas con actividad irregular. Algunos tucunarés pequeños se prendian en nuestros engaños de subsuperficie, pero no los encotrábamos acardumados.

Seguimos camino hasta la laguna del muelle elevado, pero esta vez, para pescar el pedrerío de la entrada que suele dar buenos trairaos. Esta vez la idea era hacerlo con carnada, tubira lanzada al fondo de piedras y gareteando muy suave con el motor eléctrico tentarlos. Asi logré un hermoso trairao en una pasada furiosa que terminó siendo la única captura, mas allá de un mas de piques errados que tuvimos.

Ya para la tarde volvimos a meternos en algunas lagunitas que no habíamos explorado aun, con suerte dispar. Seguí probando el Ocea Lipless con buen resultado ya que bajaba bastante logrando tucunarés y bicudas. Cuando me aburr´de la inactividad decidí probar con una hélice Nitro de Borboleta logrando un lindo tucunaré como premio a la insistencia. Asi terminamos esta jornada que fue mas que buena, viendo las condiciones del río.

  
  

4to dia de pesca.

Arrancamos la penúltima jornada pesqueril bien bien temprano para navegar raudos directamente a nuestro primer punto, el Paranaíba. A estas alturas quedaba claro que nuestro guía Neldo era pura voluntad pero que le faltaban recursos. Siempre buscaba las mismas canchas donde le había rendido un poquito la pesca, mientras de muchas de las otras embarcaciones escuchábamos que pescaron bien en tal o cual lado o que encontraron cardúmen en este otro, pero de esos lugares no dimos cuenta de visitarlos.

Con esta premisa ya asumida, no sin mascar bastante bronca, llegamos al Paranaiba para tratar de encontrar actividad y algun pescadito digno. Asi pues arrancamos en la misma zona donde perdí el grande que se había comido el chico el primer día. Mucho mas difícil de encontrarlo en esta zona avanzamos un poco mas adentro donde encontramos mucho mas vegetación a flor de piel y, por ende, actividad.

Los portes de entrada fueron muy lindos para lo que se venía dando y muy exigentes en la pelea ya que tenían muchos recovecos para poder meterse y liberarse de los triples. Asi pues yo clavé un hermosísimo tucunaré de 58 cm (el segundo o tercero de mi cuenta personal en cuanto a tamaño de la salida) y Victor perdió una bestia que explotó el agua y le ganó la gambarrusa dejandole una bronca monumental.Con el dato que me pasaron los chicos la noche anterior, tuve una excelente mañana usando el inna 90 de Marine Sports en color cardenal......tremendo stickeandolo.

  
  

Seguimos probando toda la mañana en el Paranaíba. La actividad pasaba de fluida a casi nula en pocos metros, evidentemente el pescado esta metido en ese mar de agua y vegetación y hay que ser muy precisos con los lances asi como en la elección del lugar de caída del señuelo. Nosotros estábamos bien para lo segundo, no tanto para lo primero, lo que hacia que al obligadamente tener que lanzar jugados, terminaramos arriba de las copas de los árboles mas seguido de lo que quisiéramos.

Igualmente, este arroyo precioso, del cual estoy enamorado, nos siguió dando chances y capturas. De a ratos salía alguno mas que decente, de a ratos los pequeñines ganaban por velocidad y terminaban ellos en captura. Otro artificial que probé mucho acá y me sorprendió sobremanera fue el Natrix de la marca china Blux que es una imitación del Purgachev Cobra de la japonesa Ima. Este artiicial tipo pencil que al traerlo stickeado hace un hermoso barullo en superficie es el mismo que atacó el pequeño que despues fue devorado por el grande el día martes.

  
  

Paramos nuevamente a almorzar bajo un frondoso árbol, esta vez en solitario. Despues de la siestita de rigor le hicimos una pasadita clásica a la pasada del muelle elevado esta vez al fondo a la corredera de los tucunares. Ahi tuvimos actividad y levantamos varios pequeñines que alegraron la tarde.

Ya empezando a bajar el sol el guía nos dice si queríamos pescar cachorras, casi lo matamos, como nos va a preguntar eso, a estas alturas quería pescar hasta mojarras. Asi que nos llevo a una corredera fuerte donde nos arrimamos a la costa de la curva y nos atamos a unas ramas que caían al agua. Ahi nos dió una mini clase de lo que quería que hicieramos. Había que lanzar la tubira (carnada viva) y dejarla deribar por la corredera, cuando empiece a llevar la cachorra hay que dejarla que se afirme bien, frenar el reel y cuando tire pegar fuertes cañazos.

En un par de lances, increíblemente, ya tuvimos las primeras llevadas. Nos costó encontrar el timming y no clavar ante en el aire ya que la cachorra apenas toma la carnada entre las fauces antes de devorarla. Pero una ves que lo entendimos empezaron a salir varias y bien grandes, realmnete una hermosa pelea de estas bichas enojadas por haber sido engañadas.

No solo salieron cachorras, las pirañas estaban molestas como siempre. Tambien tuve la suerte de sacar un manduvé precioso. Cuando se nos acabó la carnada el guía nos dijo que las cachorras no atacaban señuelos, que era muy difícil. Desafío tomado, pensé y me decidi por un power minnow mr de Marine Sports. No tardé mas de dos intentos en tener un ataque que perdí porque todavía no tenia bien ajustada la clavada que era distinta a la de carnada, era al instante del ataque.

Ya al segundo ataque la clavé un saqué una hermosa cachorra con señuelo, logrando una cara de incredulidad en Neldo maravillosa. Asi, ya con sol bajando fuerte nos fuimos a otro pozón a probar con carnada mas cojuda y con los equipos de pesca heavy en busca de algun cuero de los grandes, pero no tuvimos suerte. Los piau (especie de jejenes) nos comieron vivos en el lugar y tuvimos que partir raudos a la cabaña.

  
  
  

5to dia de pesca.

Ultimo día de pesca y las dudas y charlas con el guía defnieron que cambiáramos la estrategia. La idea era ir río arriba, cosa que hasta ahora no hicimos, y fueramos a la laguna redonda donde algunos habían pescado bien. En esta decisión y sabiendo que el lugar no resiste mas de un par de botes, nos acompañó la lancha de Bobby y Sergio.

Nosotros salimos primero, pero el guía no entró directamente a la redonda sino que fue a una laguna un poco mas lejos, mucho mas grande y preciosa por la fisonomia y la cantidad de vegetación y árboles hundidos que tenía. Todos lugares donde uno sueña que esté acechando un tucunaré. Arrancamos en la boca con un par de ataques fallidos y nos fuimos adentrando lentamente.

La verdad que con el inna 90 en estado de gracia tuve varios ataques que se terminaron convirtiendo en captura. En un momento dado tuve un atacón bajo una rama hundida y salió un hermoso tucu de 50 cm, gran medida, gran catpura. De ahi nos fuimos a la redonda donde nos dimos cuenta lo difícil que es entrar a este espejo; fue casi 25 minutos de navegación entre medio de una selva de palos que nos volvió loco, pero finalmente llegamos.

La pesca acá fue nula, buscamos en algunos lugares donde había movimiento pero con una gambarrusa casi a flor de piel nos costó mover incluso los señuelos de superficie. Al cabo de un rato, como no pagó, salimos de la laguna y volvimos a puerto a almorzar en el lodge.

  
  
  

Para la tarde demoramos bastante la salida post almuerzo, la siesta se hizo larga y salimos como para hacer un par de horas de pesca finales sabiendo que el resultado final de la salida no iba a variar ni para mejor ni para peor. Asi pues fue que Neldo nos dijo de ir a pescar un poco con carnada a otro pozo a ver si encontrabamos variada interesante.

Al llegar nos acomodamos y comenzamos los lances con carnada a la corredera. La actividad fue constante por suerte, con muchas pirañas descarnadoras que nos hacían errar el pique, aunque algunas clavamos. Mas allá de ello sumamos tambien un par de cacharas (surubi nuestro) y un hermoso jurupensem o surubi lima que me reventó la mano con una púa por tomarlo mal.

Cuando mejor estábamos pescando, con el atardecer de fondo, se nos llenó de abejas el bote, si de abejas, por estar tan cerca de la costa donde había un panal y tuvimos que dar por terminada la jornada y volver a la posada.

  
  

Despedida

La despedida fue agridulce, siempre es agridulce. Uno quiere seguir pescando, quedarse eternamente en estos lugares donde el deseo se transforma en realidad y pesquemos mas o pesquemos menos, somos felices. Pero tambien hay deseo de reencuentro con nuestros afectos porque todos somos padres, hijos, esposos, novios y amigos, y los afectos tambien generan el deseo del reencuentro.

Asi pegamos la vuelta, con sensaciones encontradas, no fue en lo particular con mi cumpa la mejor salida que hicimos internacionalmente, no tuvimos suerte en la guiada que fue muy estática a pesar de la buena onda de Neldo, y nosotros tampoco estuvimos finos con los casteos, la precisión, la lectura y la paciencia. No es que no pescamos, esta nota refleja que si lo hicimos, pero a la luz de algunas lanchas compañeras que compartieron sus experiencias, pudimos haberlo hecho mejor. Si la calificáramos pudo haber sido excelente de 8 a 9 puntos y terminó siendo, en mi humilde opinion un 6.

Esperemos que la próxima se parezca mas a la apoteótica Sucundurí o a mi primera experiencia en Suia Micu, salidas que las tengo como las mejores que hice internacionalmente en busca de estas especies maravillosas que tiene Brasil. No me queda mas que agradecer a mi compañero Victor, una mas gallego y van... por la paciencia y la compañia. Al amigo Bobby por otro viaje perfectamente organizado y para el resto de los amigos que viajaron con nosotros, agunos ya con varios viajes juntos y otros que los conocí en este viaje. Esperemos que pronto nos volvamos a ver!

Algunas fotos mas.

Algunas fotos de mis cumpas de viaje en las otras embarcaciones.

  
  
  

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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