La locura continúa
Posteado el 16 May 2015 por Walter Marquez | ,
Despues de la primer visita a las flechas plateadas realizada en el día del trabajador nos quedó la sensación de que podía mejorar con un poco de frío y un par de sudestadas. Así pues, cuando en la semana se dió un poco de frío y un par de vientos del sur, no tan fuertes, pero del sur al fin, decidimos tomar una nueva fecha con Pato Barreto para ir en busca del rey pez.
En esta oportunidad el equipo se conformó nuevamente con Victor y quien escribe,a quienes se le sumaron Dieguito y Marcelo. Llegamos temprano y despues de los saludos de rigor partimos por el precioso guazú rumbo al primer destino de pesca en el río Uruguay.
Esta vez, a diferencia de la salida anterior, decidimos ir directamente a la boca del Gutierrez para lanzarnos en lentísimo garete frente a la costa de Nueva Palmira, Uruguay. Apenas moviendonos por la correntada, sin viento, y con la calle de ceba que se torcía, comenzamos la pesca. Diego que era debutante en las tres boyas' arrancó con unas pirámides fuccias, mientras yo arranqué con las mismas chupetonas naranjas y negras de la jornada anterior..
No pasó mucho tiempo antes de que Diego recibiera su primer pique de pejerrey, bien firme por cierto, que logró transformarlo en captura y alegría. Así pues en seguida tuve mi primer captura con una corrida mas mimosa en mi segunda boya. Avanzamos un poco mas, pescando sobre un banco de arena con no mas de 1 merto de agua y volvimos a repetir secuencia con Diego..
Nos salimos del Banco y la pesca mermó sensiblemente, algo de no creer que los pejes estuvieran mas acardumados en poca profundidad, pero era asi. A esta altura tuve algunas capturas de pejes chicos, que normalmente en otro ámbito darían la medida, pero que yo preferí empezar a devolver al río para no hacer matanzas al divino boton..
Por suerte en esta pasada Victor, que venía pescando con boyas negras sin suerte y Marcelo, pudieron mejorar sus performance post cambio de líneas a colores mas' fluor. Ya terminando la pasada, teniamos capturas todas las cañas con lo que ya estábamos tranquilos y pudimos disfrutar mejor la pesca..
Volvimos a subir aguas arriba para arrancar en la punta del banco de arena donde empezamos pescando bien. Y en esta pasada se vió lo mejor de la pesca en este hermoso rio uruguay. Algunos dobletes de a dos cañas o dobletes en una caña, con pescados de lindo porte. El pique bien franco, con esas corridas laterales de la boya que le ponen la piel de gallina a uno.
Ya a esta altura era mas el pescadito que devolvíamos que el que quedaba para repartir, la alegría era casi completa. Paramos un ratito ahi mismo, ante la falta de viento, para masticar algo, para despues, volver a subir en busca de otra pasada por el banco de arena.
Esta nueva pasada fue la mejor de las tres ya que en el banco propiamente dicho el pique mermó, pero con viento, en un poco mas de profundidad, mejoró el tamaño de los pejerreyes. A esta altura Diego ya estaba ducho y veía los piques. Ya en esta pasada cambié boyas por primera y única vez en el día al poner unas lágrimas negras y fuccias que funcionar a las mil maravillas.
Ya con un calor galopante decidimos comenzar a bajar por el río Uruguay para ir a pescar a la boca del Rio Bravo, buscando algo de calidad en cuanto al tamaño de los peces. La pasada se dió casi sin viento, con muy buena actividad, demostrando que la bigotera palito de cribal es invatible cuando el resto de las boyas no puede mover la carnada e invitar al pejerrey a atacarla.
En esta zona el tamaño mejoró saliendo los mejorcitos de la jornada, destacandose algunas piezas de Marcelo que realmente eran señores pejerreyes Cabe destacar que las mejores boyas fueron las que por su color eran mas bien coloridas, desde el verde limón, al fuccia o naranja. Las boyas oscuras no tuvieron buen rinde a lo largo del día, y no dependió del modelo utilizado, pudiendo andar bien palitos, chupetonas, lágrimas o pirámides.
La jornada la dimos por concluída con algun pejerrey mas sumado a la cuenta mas que al balde. Mi cuota personal fue de 31 pejerreyes levantados donde la mayoría terminó volviendo al agua, evitando masacres innecesarias.
Realmente la pasamos de mil puntos en este lugar que lentamente se está volviendo un clásico del pejerrey para nosotros y que, seguramente, volveremos a visitar en breve, cuando el frío venga y termine de asentar los cardúmenes de pejerreyes que todavía estan bastante dispersos.