Cerrando temporada

Posteado el 07 Oct 2006 por Walter Marquez   |   ,   

Cuando el mes pasado el micro se rompió con 48 almas en busca de Chasicó nos deprimimos mucho. Era el cierre de oro para esta temporada de pejerrey 2006 y un parabrisas nos dejó en medio de la ruta teniéndonos que volver cabeza baja. Pero no hay mal que por bien no venga y lo volvimos a intentar nuevamente este mes de Octubre. Y fuimos por más y reservamos un micro mejor y más grande y metimos 58 personas en total. Esto nos demuestra que no hay mal que por bien no venga y que no hay que claudicar en las malas y seguir luchando con las convicciones que uno tiene arraigadas. Salimos desde dos paradas obligadas. Avellaneda y Microcentro, desde ahí hicimos una parada más para levantar a 4 chicos en Tristan Suárez y después 2 más en Gonzalez Chávez. El viaje fue como siempre, ameno, jolgorioso, como chicos en viaje de egresados.

Cenando arriba del micro, aportando ideas de cómo se presentaría el día de pesca, donde buscar los reypejes, como, porque e infinidad de cosas que sólo los que amamos este deporte podemos entender y disfrutar tanto. Llegamos bajo un amanecer intenso y con Febo en todo su esplendor al fondo de esa impresionante salina que precede a la más bella. Una bella de incontables médanos en sus costas. Una bella de agua verde transparente con gusto a sal en una proporción de 9 veces más que el propio mar. Una bella de profundidades de casi 30 mts en algunas partes de su cuerpo redondo y torneado. Una bella con pejerreyes en cantidad y calidad como no tiene ningún lugar del mundo, pero que no se regalan, hay que buscarlos y pescarlos.

Preparamos los bártulos y nos fuimos a desayunar en ese excelente pesquero llamado Chapalco Rey. Con la panza llena nos dispusimos a acomodar las cosas en el trucker que me tocó en gracia esta vez. Guiyo, Beto, sus hijos Martu y Demian y yo éramos la tripulación de la nave. Por suerte se nos sumó un biólogo, Facundo, del pesquero que quería recolectar huevas de los pescados sacados. De paso se transformó en capitán del navío y guía. Un regalito extra que nos deparó la salida.

  
  

Una vez en el agua, Facundo nos propuso salir en garete desde ahí mismo hacia el lado del Vivero cerca de la costa. Esta salida la linda o la salvaje, como le solemos decir a este espejo maravilloso, se portó excelente con el pronóstico del tiempo, y tambien lo mantuvo toda la salida. El día estaba diáfano y el viento se presentaba del sudeste a unos 15 kms lo que nos daba un excelete garete, siendo el movimiento de las carnadas en el derivar de las boyas óptimo.

Con estas condiciones climáticas el resultado no se hizo esperar y empezaron a salir hermosos pejerreyes de flote, de 35 a 40 cm. Martu clavó algunos mas grandes usando paternóster. Guiyo tambien a fondo lograba subir tambien buenas piezas. Pero como mi idea era pescarlos con 3 boyas, en la medida de lo posible, seguí con la misma técnica, teniendo igualmente buenas respuestas. La profundidad de mis brazoladas eran de al menos 40 cm para tener actividad llegando a 60 cm en la trasera. En todas tuve respuesta.

  
  

Al terminar el garete en el embudo habíamos logrado una respetable cosecha por ser el primer intento. Decidimos irnos a la otra punta de la laguna, al sector denominado Los rastrojos. Como vimos gran cantidad de lanchas nos acercamos, pero todos estaban pescando con líneas de fondo, con excelentes resultados eso si. Pero no era la pesca que queríamos así que decidimos largar garete desde ahí hacia la Bahía de las Cotorras.

Lo que si cambiamos fue bajar 2 de las 3 brazoladas entre 0,80cm y 1 mt. Para tratar de mejorar la calidad de pescado. Y la pegamos. El pique nunca fue en cantidad, pero siempre teníamos algún toque que transformábamos en captura. La mayoría en la brazolada corta, lo que se transformaba en pescado mediano arriba. Pero cada tanto, saltaban las de abajo y era matungo en puerta. Tuve varios dobletes con un triplete espectacular de 2 chanchos en las bajas y un vigoroso medianito en la de arriba.

  
  

Por la tarde decidimos ir a buscar la famosa ola de pejerreyes que se forma cuando acorralan algún cardumen en las bahías. Lamentablemente no lo encontramos pero sí pudimos pasear y despejar la cabeza por el hermoso paisaje de la Bahía de las Cotorras que está oculta a simple vista.

Al final mi cosecha personal ascendió a 25 hermosos pejes para filetear y otros 25 a 30 pejes que devolví porque cada vez me siento más conservacionista y la cuota que me propuse me pareció la suficiente.

  
  

Terminamos todo en un espectacular cordero que comimos en el pesquero bien regado y con muy buena atención de las mozas del lugar. Si alguien me preguntara cual sería el mejor final de temporada para hacer en la pesca del pejerrey, sin dudarlo, les diría un día como el de ayer.

Mejor no se puede hacer. Más feliz uno no puede estar. Gracias Dios por los peces y gracias a la vida o al destino por haberme hecho pescador deportivo.

  

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces llegamos a la conclusión que no. Esto no nos exime de la responsabilidad que tenemos de cuidar el recurso que tanta vida nos da.

Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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