Chafalote
NOMBRE CIENTÍFICO: Rhaphiodon vulpinus
TAMAÑO/PESO: Máximo promedio 100 cm x 5 kg.
HÁBITAT: Sudamérica:Sudamérica: cuencas de los ríos Amazonas, Orinoco y Río de la Plata (ríos Paraná, Paraguay y Uruguay), y ríos de Guayana.
ALIMENTACIÓN: Cazador, piscívoros, carnívoro.
El fantasma de los ríos
Este pez tiene un cuerpo alargado y muy aplanado lateralmente. Por esta característica corporal es que ejemplares de casi un metro de longitud sólo alcanzan pesos máximos de cuatro o cinco Kg. Tiene un color plateado en los flancos y gris oscuro en el dorso presenta la región ventral definidamente blanca y algunas manchas negras en las aletas. La cabeza es chica y en ella se destacan dos ojos grandes ubicados de manera lateral. La boca es oblicua y está armada por una fuerte dentadura en la que se observan enormes dientes caniniformes en el maxilar inferior que encajan en forma perfecta en alvéolos ubicados en el maxilar superior, dándole un aspecto temible y delineando en su rostro la expresión típica del cazador de las aguas. El aparato locomotor del chafalote está compuesto por una fuerte musculatura caudal y por ocho aletas, destacándose las dos enormes y alargadas pectorales. Como todo Charácido tiene su cuerpo cubierto por escamas ctenoides. En el caso de esta especie dichas escamas son brillantes y muy pequeñas.
El chafalote es un veloz predador con enormes dientes en la mandíbula inferior. Ataca cerca de la superficie, en entradas de arroyos y juncales. Es un predador voraz, su régimen alimentario es netamente carnívoro. Tiene predilección por las mojarras, bagrecitos, sabalitos y bogas chicas, pero cuando el hambre aprieta consume camarones de río, larvas e insectos que tomen contacto con la superficie del agua. Tiene actividad alimenticia principalmente diurna. No se lo utiliza como alimento a pesar de su tamaño por la gran cantidad de espinas que posee.A este pez se le puede encontrar en la aguas de los ríos de Argentina, Brasil, Ecuador, Las Guayanas, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela . En Argentina habita en aguas de los ríos Uruguay, Paraná medio e inferior y durante la temporada estival, dado que prefiere las altas temperaturas, llega hasta el Río de la Plata en donde es frecuente su captura.
La captura del fantasma
Las mejores condiciones para su pesca se dan con río alto y comenzando a bajar, en veranos calurosos y con tiempo estable. Bajo estas circunstancias es común que penetre en el valle de inundación. Pero basta que ingrese un frente del cuadrante sur y baje la temperatura para que desaparezcan por tiempo indeterminado. Sus sitios preferidos son aguas profundas, grandes remansos o remolinos, en el cauce principal del río. Aún mejor, cuando estas estructuras reciben descargas de arroyos o lagunas con buena pasada de forrajeros, en especial mojarras, en una mezcla de aguas negras con otras más turbias. El chafalote también gusta asociarse a estructuras antrópicas. Por ello es muy común encontrarlo en derredor de puertos, dársenas, pilotes, amarraderos, canales dragados, boyas, barcazas o salidas de agua calientes de termoeléctricas.
Los chafas son verdaderos fantasmas del río. Ir tras ellos en forma específica es una incertidumbre, siendo absolutamente normal que, tras jornadas de muchos piques, les perdamos el rastro por semanas, meses e incluso años. Por ello se los disfruta tanto cuando damos con ellos. Son un pez de ocasión. Se pesca habitualmente con señuelos o mosca. En mi caso, lo que mejor me ha funcionado son señuelos minnows largos, plateados y que profundicen a media agua. El pique es un toque violento en el señuelo que amerita clavar al instante para no perderlo. Tremendo pez una vez clavado con saltos acrobáticos que hacen vender cara su derrota.
Mis capturas de Chafalote
He tenido la suerte de pescarlos un par de veces en salidas buscando otras especies. Con un buen dato, le dediqué un par de horas en una salida a San Pedro y en otra a Esquina, donde tuvimos un festival de piques agresivos y excelentes portes de esta especie cazadora.