Walter Marquez Pesca deportiva

El frío viene siendo intenso este invierno haciendo que tengamos que ser lo mas precisos en cuanto a las condiciones climáticas para acompañar a la suerte que siempre hay que tener para pescar. Despues de las miticas piedras de San Pedro queríamos volver a Gualeguay, con alguna ausencia, pero tambien con un nuevo invitado al equipo.

Asi, con una ventana de buen clima, pero con mucho frío anunciado, partimos para Gualeguay, Marianito, Telmo, Guillermo y quien escrbe. Como siempre el recibimiento de Jorge es especial y la salida de Puerto Ruiz un clásico que se adueña de nuestros corazones.

Navegamos bastante hasta llegar a la boca del arroyo El Tala, que era la zona donde estaría mas firme el pique de dorados. Con el frío reinante bajó mucho la cantidad de piques y, sobre todo, desaparecieron los pequeñines, seguramente metidos entre los campos hundidos.

Asi arrancamos en la curva del arroyo buscando con paletas mas al fondo del mismo donde el agua está un poco mas caliente y el dorado puede sentirse mas a gusto a esa hora. El primero en tener suerte, despues de mucho insistir, fue Telmo que con una bananita casera hecha por el mismo logró una hermosa captura de un dorado. No presentó tanta lucha, se ve que estaba hecho cubito, pero captura al fin y con artesanal vale doble.

Pasamos de largo por la curva y decidimos volver a remontarla para hacerle una pasada de nuevo. La idea era tratar de aprovechar cada huequito que pague al máximo posible a sabiendas de que el día se presentaba por demás complicado con el frío.

Ahi el que le tocó en gracia fue a quien escribe, tambien utilizando una banana artesanal provista por Telmo, pero de color totalmente negra. El pique fue violento en su ataque bajo el agua, mas no asi tanto la pelea ya que se rindió mas rápido de lo habitual. Igualmente fue devuelto al agua con rapidez y agradecimiento.

En esa misma pasada y casi llegando al final de la curva nos encontramos con un tremendo rush en donde los dorados atacaron un poco mas firmes y en un grupo mas numeroso. Las cañas se doblaron para tres contrincantes (Telmo, Mariano y yo) y Guille, debutante absoluto en esta pesca, tuvo un ataque que no logró afirmar y fue manqueada.

Alli pelearon los cabezones con gallarda hidalguía hasta que fueron izados y se transformaron en captura. Mas allá de las bananas artesanales de Telmo, el dorado de Mariano lo sacó con un crank grande de storm, el Magnum Mag Wart.

Aprovechamos para almorzar en la costa en una punta de barranca donde disfrutamos de unas copas de vino que nos hizo revivir del frío y un riquísimo guisito de lentejas que nos dejó prestos para una nueva batalla.

Ahi lo que decidimos es ir a pegarle a la corredera desde la costa directamente, caminandola y tanteando las corridas de agua. Asi pues, encontramos varios piques que desde la costa y caminando presentaron muchas mas batallas que cuando los peleas gareteando. Realmente precioso.

Ya terminando el día salieron algunos dorados hermosos mas, completando una jornada mas que decente, a saber del tremendo frío del día. Los dorados salian frozen, casi congelados en cubitos, pero todavía siguen activos. Eso es una buena señal porque ya estamos pegando la vuelta al invierno con lo que calculamos que seguramente sea la última de la temporada invernal.

Gualeguay paga siempre, con mayor cantidad o mayor calidad, pero paga siempre. Aparte el plus de salir con Jorgito que nos hace sentir como si fuéramos de la familia, es impagable. Seguramente, viendo que tremenda temporada está siendo este 2011, la volveremos a visitar en breve.