Walter Marquez Pesca deportiva

Si ven mi web la última salida subida es de Octubre del 2021. Si, es correcto, desde esa fecha no hemos podido hacer una pesca que amerite mostrarla y contarla. Primero la pandemia,despues el fallecimiento de nuestro guía estrella en San Pedro, Pedro Prats y si faltaba algo, la seca tremenda que dejó casi sin pesqueros habituales para la tararira. Hicimos un par de pruebas en espejos lagunares nuevos con resultados nulos lo que obligó a esperar a que comience la temporada del rey pez, el pejerrey, para intentar por ese camino.

Con esa idea y con algún buen dato circulante decidimos ir a la mítica Salada de Madariaga. Del equipo armado con Victor, Damian y el indultado Pelado Ariel, yo era el único que conocía este espejo y que sabía los buenos y difíciles pescados que tiene. Llegamos al pesquero La Nueva Tablada el viernes por la noche. Aprovechamos para comernos un apoteótico asado, bien regado, y pasarla de diez antes de irnos a dormir a los humildes pero pulcros dormis del pesquero.

La noche anterior habíamos visto los que salian de pescar y tenían unos tremendos pejerreyes como trofeos. La pesca no estaba fácil, como siempre, pero haciendo bien los deberes y con un poco de suerte se podía cumplir la cuota con algunas lindas piezas. Así pues, al comando del nuestro guía Ezequiel, partimos por los callejones del pesquero en busca de la laguna.

Al llegar al centro del espejo nos acomodamos en la lancha y comenzamos la lenta gareteada, complicada por un viento casi ausente, y lanzando las boyas en contragarete. Esta técnica nos resultó un poco extraña, pero asi era como se daba mas el pique. Al cabo de un rato comenzaron a aparecer los piques, descontrolados, llevadas y hundidas. La realidad nos mostró que por lo general eran dientudos rabiosos. De entre tanto pique errado empezaron a aparecer algunos pejerreyes medianos. Yo tuve una buena racha en el comienzo subiendo algunas flechas

Con el transcurrir de la mañana entre mucho dientudo y pejerrey medianito fueron apareciendo mejores portes. El guía que pescaba con boyas chicas en contragarete y lograba que la linea no se le viniera encima (misterio sin resolver) metió un hermoso pescadito de arriba de 50 cm. Un presagio de lo que podría venir mas adelante si mejoraba el tema viento.

Damian metió su primer matunguito y Ariel tambien logró el suyo. Yo lograba meter algo de cantidad pero nada de calidad hasta el momento, algo que me pasa bastante seguido, pero que me preocupa menos, y Victor no lograba desembarazarse de los dientudos convirtiendose en el matadientudos de la jornada.

Hasta ese momento en el tema boyas todos estábamos con boyas grandes tratando de que deriven mejor contragarete menos el guía, que como ya conté, pescaba con unas chupetonas chiquitas, cosa e mandinga. En cuanto a las brazoladas todo se estaba dando a poca profundidad, menos de 30 cm, lo que tambien te expone a las zapatillas plateadas que tanto molestan.

La cosa siguió el mismo rumbo. Nos movimos un poco hacia la costa tratando, de a ratos, de anclarnos ya que la falta de viento hacia innecesaria la gareteada. Pudimos seguir subiendo raleado, pescado mediano, pescado lindo e infinidad de dientudos. Aprovechamos para almozar unas buenas empanadas con algun vasito espirituoso de cerveza.

El clima era ideal para estar en el agua, no asi para pescar pejes. Pero no se puede pedir todo en la vida pero pudiendo levantar algunos, entrenternos con los dientudos y disfrutar de un día de pesca de pejerrey en remera es muy placentero.

Al amigo Ariel se ve que no le cayeron muy bien las empanadas ni la jornada de asado y vino de la noche anterior porque despues del mediodía y cuando el viento empezó a soplar poquito llamó a Hugo. Gorgorito, por la forma de lanzar, no podía dejar de dar la nota.

A la tarde comenzamos a tener intermitentemente un viento mas consistente. Esto abrió las chances a mejorar la cantidad de pejes y los portes de los mismos. Al oxigenarse el agua es increible, pero automático, los pejes se largan a comer mas en firme

Así pues fueron apareciendo mas flechas de plata, algunas de buen porte, mezclados con menos dientudos. A esta altura, sólo el guía y Ariel pescaban contragarete, Damian, Victor y yo nos resignamos a tener menos actividad pero poder ver derivar bien las boyas y clavar con firmeza.

Para el final de la nota me guardo mi experiencia personal en este rush violento de piques de la tarde. Venía parejito en cantidad, pero me venía faltando calidad. Por suerte en ese sprint final fue tremenda la calidad de los pejesaurios.

Llevada lateral, medio temerosa, a diferencia de los canivalescos dientudos, y cuando pegaba la vuelta para arrancar hacia el lado contrario clavada. La caña se ponía muda y los pejes saltaban afuera del agua al pescarlos tan arriba. Una locura, una emoción indescriptible.

Así salieron 4 pescados de esos que sólo esta laguna te puede regalar, pescados que te enriedan todo en la pelea y te obligan a cambiar la línea, pescados que te hacen gritar cooooopo!!. Una tremenda alegría terminar el día pescando asi.