Arrancando motores
Posteado el 19 May 2018 por Walter Marquez | ,
Evitar que vuelvan a pasar otros seis meses era la premisa. Recuperar, aunque sea lentamente, la rutina de armar salidas de pesca, soñarlas, esperarlas y realizarlas en un tiempo medianamente razonable la tarea. Había que volver a arrancar motores pesqueriles y no dejarlos enfrian nuevamente, ese era el desafío.
Por suerte y tentados por nuestro amigo-guía Juampi Codina pusimos fecha, un mes después de Melincué, para una nueva salida en busca de nuestro amadísimo salminus maxillosus. La idea era volver a armar el dream four con Víctor, Dami y Néstor, tratando de darle continuidad a la formación, lamentablemente Dami y Néstor se bajaron por distintas circunstancias, por lo que reemplazamos una vacante con el hermano de Víctor, Ramiro, con quien ya había salida alguna vez.
Finalmente llegó la fecha y partimos rumbo a San Nicolas con el power trío afinado y con muchas ganas. Mirando ansiosamente el pronóstico meteorológico teníamos algunas dudas y algunas certezas. Las segundas eran que los quince días de lluvia y temporal en toda la zona ya eran historia y podríamos tener un excelente dia de sol. Las dudas pasaban por una inquietante y brusca.baja de la temperatura sumado a un viento sur intenso a intensísimo.
Llegamos bien temprano con la confirmación de que los pronósticos no habían fallado. Cielo despejado, muuuuuucho frío y un viento moderado en tierra que amenazaba con intensificarse en el agua a descubierto. Saludos de rigor con Juampi, carga de bártulos y a navegar con todas las ganas puestas en tener una buena jornada.
¡A pescar!
Ahora si dediquémonos un poquito a la pesca. San Nicolas siempre fue un pesquero que tenía la particular ventaja de tener excelentes canchas de pesca muy cercanas al puerto. A diferencia de San Pedro o Gualeuguay que necesitan mucho tiempo de navegación, San Nicolas te regala hermosos paleríos hundidos en las costas cercanas.
Lamentablemente el agua en el río Paraná estaba muy sucia por lo que descartado esto tuvimos que navegar una hora dentro del delta para pescar en los arroyos interiores que tenían el agua cristalina. Así pues, mientras amanecía y la temperatura llegaba a su máxima expresión de frío, fuimos delineando esta estrategia. Al cabo de una hora llegamos a un cruce de arroyos que prometía.
Armamos equipos y señuelos al agua. Victor y Ramiro arrancaron con bananas de raptor y alfer´s respectivamente, yo preferí empezar con un lipless de rapala, el clakin 9 blue shad. En la pasada, tirandole a la boca del arroyo que descargaba agua en el otro Victor tuvo un toque que se transformó en ataque en dos manijazos mas de reel. Pelea de rigor y alzada de un hermoso doradillo que fue devuelto rápidamente a su habitat.
Avanzamos hacia una segunda cancha mas adelante, bastante parecida a la primera, con el arroyo volcador mas pequeño que el anterior. En esta pasada el que se lució fue Ramiro que sacó la mejor pieza de la zona, con mucha pericia, y que nos dió un alegrón.
Le hicimos una segunda pasada al lugar y yo tuve un pique hermoso que soltó apenas lo largó. Puteadas por dos mil pero con la tranquilidad de la experiencia aflorando. Si hay algo que he aprendido en tantos años es que la pesca es eso, desafío, perder y ganar, y sobre todo aprender, corregir y volver a intentar, sin perder el objetivo que es disfrutar lo que se hace con tanto amor.
Otra pasada larga, esta vez tirándole a la costa, donde se formaba una corredera barrancosa de larga extensión. Ya avanzada la corredera tengo un ataque violento que no logro cañar. Ramiro que venía al lado mio trayendo su banana también sufre el ataque, del mismo pez suponemos, y logra la captura de otro precioso doradillo de excelente porte, peleador y sobre todo sano.
Al final de la corredera vuelvo a tener pique, clavo, pescado que salta, baja y se suelta. Tres a cero a favor del dorado y, revisando con Juampi los porqué, yo me di cuenta que los triples del power estaban poco afilados y Juampi me dijo que estaba arrastrando mas que clavando, ahi me di cuenta que tenía razón, porque yo tambien me sentía raro cuando cañaba; se ve que la inactividad de pescar en bait hace perder mucho timming. Tips a corregir para despues de comer..
Ya con el mediodía pegándonos fuerte y el viento desarmándonos la cara decidimos parar a comer. Para este menester teníamos un lujito preparado por el amigo Victor que se preparó a anafe puro unos sandwiches de bondiola maravillosos... Antes de esto nos cruzamos en el rio con el Pato Barreto, uno de nuestros amigos-guías de Gualeguay que venía bajando para este lado, con dos conocidos como clientes, pinturita y gustavo.
Ahi nos dimos cuenta lo complicada que debe estar la pesca que se juntan los guías de distintas zonas dentro del delta, o sea, todos navegan muchísimo para encontrar canchas aptas para pescar.
Volviendo al almuerzo, este rato de descanso, placer e introspección es lo que le da un valor agregado a lo que hacemos. Charlas y análisis dieron por descontado que el día iba a ser así hasta el final de la jornada, con el viento implacable, el frío demoledor y el pique tremendamente remiso y laburado.
Ya con la panza llena volvimos a recorrer las canchas de pesca. En la primera corredera hermosa que econtramos tengo otro pique preciosos que clavé con una fuerza inusitada, para que quede bien en claro el tema, pero que el doradito largó luego de unos cuantos saltos. No sólo hace falta hacer las cosas bien, a veces hace falta suerte.
Seguimos recorriendo correderas, mas que nada contra las costas barrancosas donde corría el agua en los arroyos. Estos lugares tienen esa particularidad, es difícil, a diferencia de los palos del paraná, imaginarse donde hay un dorado. Eso si, los pocos palitos o ramas hundidas donde corría agua, seguro que alguno había acechando.
Sobre un palito hundido tiré pasado. Esta vez hice otro cambio fundamental, saqué el power minnow media agua con los anzuelos medio gastados y puse un power minnow paleta larga nuevo sin uso. La barranca permitía bajar un poco mas sin miedo a enganchar y este señuelo es muy pescador en general. Asi fue que en el segundo intento al palo tomó un pez hermoso. Lo cagué a clavadas duras y secas y esta vez si se rompió el maleficio. Primera captura adentro..
Unos metros mas allá Victor tuvo una hermosa atropellada que clavó y safó en el salto. Mas allá de detalles técnicos los dorados estaban bastante remisos, eran ataques de buena mordida pero de poca consistencia, en seguida soltaban si dudaba, cosa que cuando estan voraces no pasa. Seguimos y el que estaba onfire, Ramiro, levantó su último pescadito del día con su implacable banana alfers paleta spinning color firetiger.
A esta altura la salida ya tenía otro color. Veníamos con pocos piques pero algunos doraditos pudimos subir, sumados a algunos piques errados, ya no era un sapo espantoso. Seguimos corriendo las rutas de los arroyos y Victor erró dos piques seguidos que dieron la medida de que la cosa no era fácil para ninguno.
Ahi, en esa rachita de la tarde yo tuve mi segundo encuentro dorado mano a mano (con todos mis errores subsanados) y fue nuevamente captura de otra hermosa pieza de buen tamaño y peleador como sólo ellos pueden serlo.
Para cerrar y mientras volvíamos ya de noche, hicimos una pasada a una boca hermosa y caudalosa que me regaló mi tercera captura del día y que permitió que la revancha de la tarde sea completa.
Con esto doy por cerrado el relato de otra hermosa salida con amigos a este pesquero que tanto cariño le tenemos. La pesca estuvo difícil, pero algunos encontramos, con mucha paciencia y sobre todo, de mi parte, tomándome el tiempo de entender mis fallas, algo que antes no me permitía. Un año después pud abrazar un dorado por lo que puedo decir que de a poco, los motores van arrancando.
