Alcanzando sueños

Posteado el 18 Ago 2018 por Walter Marquez   |   ,   

Ya a esta altura mi filosofía de vida es bien sabida, por lo menos para el que es mas importante que lo sepa, o sea yo. Vida hay una sola, hay que vivirla intensamente porque cuando te llaman de arriba o abajo, te llevas solamente los recuerdos. Con esa premisa vivo y con esa premisa me planteo los desafíos que me van surgiendo en la vida. Con esa premisa me fui la primera vez a Europa cuando me estaba por quedar sin trabajo. Con esa premisa me fui a pescar a Colombia cuando recien me habia quedado sin trabajo. El miedo al futuro incierto no me paraliza, al contrario, me motiva a no bajar los brazos e ir por mas con el optimismo incierto de los navegantes de aguas inciertas. Por eso sigo persiguiendo sueños constantemente con la idea de ponerles un lazo y alcanzarlos alguna vez.

Hace un mes estaba con la incertidumbre de cual sería mi próximo sueño a perseguir. Habitualmente es un viaje familiar a algun lugar del mundo que nos llene de asombro la vista y de regocijo el alma. Pero este año mi compañera había optado por irse de viaje de amigas a Nueva York lo que hacía difícil que se pudiera prender a otro viaje largo y lejano. Había sondeado ver si podia irme a pescar a alguno de esos lugares soñados que tengo siempre en carpeta, pero sin compañero de pesca que, valga la redundancia,me acompañe estaba medio complicado. Pero un buen día, en este mes atras, el amigo Bobby de Tu mejor pesca, la agencia con la que fui a pescar a Colombia hace 4 años, me manda un mensajito diciendo que como había visto que andaba con ganas de ir a pescar lejos, el tenía una propuesta tentadora.

Así fue que me tentó con ir al Río Suia Micu del Mato Grosso en Brasil. La verdad que me tomé el fin de semana, hablé con mi esposa, revisé mis números y finalmente me decidí. No tenía nada en contra, tenía la plata, los días de vacaciones y las ganas, solamente la falta de un compañero era el escollo, pero para alcanzar los sueños no solamente hay que perseguirlos, hay momentos en que hay que cerrar los ojos y tirarse a una pileta oscura y ver si hay agua, sino siempre encontraremos un pero que nos aleje ese sueño a cumplir.

Así pues un 13 de Agosto me encontré en Ezeiza con 20 locos mas de los cuales solo conocía a 3 del viaje anterior a Colombia. Así pues como si fuéramos un viaje de egresados tomamos el avión de Lan con destino a Brasilia donde haríamos el transbordo para seguir con este larguisimo viaje hacia el interior profundo de Brasil, hacia el Mato Grosso y sus ríos de la cuenca amazónica llenos de peces que soñé un millón de veces atrapar.

  
  

Desde Brasilia seguimos viaje en micro hasta la localidad de Querencia en el Mato Grosso. Los 1000 km que separan ambas ciudades los hicimos en un comodísimo micro Marcopolo donde nos sobraban asientos para descansar. Este recorrido me permitió conocer, mas no sea desde arriba del micro, lo que es el Brasil del interior, alejado de las grandes ciudades, el Brasil de las facendas, el Brasil donde el tiempo permanece detenido y todo sigue siendo igual que hace 50 años atrás.

Al llegar a Querencia nos fuimos al hotel Avenida, de lo mejorcito de la ciudad donde aprovechamos para cenar y descansar para retomar al otro día viaje con destino final río Suia Micu. Por suerte el cansancio pudo mas que las ganas de salir a recorrer la pequeña ciudad y tempranito tomé un baño y con la panza llena me fui a dormir.

  
  

A la mañana tempranito volvimos al ruedo para hacer los últimos 200 km. Esta vez nos subimos a un micro muchísimo mas chico con la capacidad justa para llevarnos mientras adelante iba Euler (dueño del Lodge Rio Suia Micu) donde pararíamos en esta semana que comenzábamos a desandar.

El camino era bien de tierra colorada y seca atravesando varias facendas y sus plantios que a esta altura del año, con la seca, eran todos campos ya cosechados. Despues de casi 3 horas de recorrida el camino se empezó a selvatizar lenta pero inexorablemente. Hicimos una parada que según Bobby, nuestro coordinador de viaje, era un ritual. Un puentecito donde por abajo se veía un arroyo de aguas totalmente transparente. Este el paranaiba que vamos a pescar seguramente fueron las palabras de Bobby, de verlo ya la emoción me pegó un rush violento de adrenalina.

A partir de ahi el camino se hizo totalmente selva donde el micro apenas si cabia. Ahi entendi porque cambiamos de movilidad, con el otro era totalmente imposible pasar por aqui. Despues de una hora intensa la selva se abrió y apareció el complejo de cabañas del Lodge Rio Suia Micu. Habíamos llegado.

  
  
A acomodarnos y......a pescar.

Nos acomodamos cada uno en su habitación doble con baño privado y frigobar. Inclusive cada habitación contaba con aire acondicionado y agua caliente, todo provisto por los generadores a gasoil instalados en el complejo. Almorzamos en el comedor de la cocina (tambien se puede almorzar en el quincho central al lado de la pileta donde muchas tardes fueron nuestros puntos de reunion y cena) .

Ya con la panza llena preparamos los equipos y bajamos hacia el muelle de salida en el mismísimo río Suia Micu. Al estar tan cercano, unos 100 mts, se baja caminando dando la sensación de adrenalina de estar cada vez mas cerca de cumplir tu sueño, hasta que por fin lo vez asomarse a este majestuoso río.

     

1er 1/2 día de pesca.

Con la panza llena partimos en nuestro primer encuentro con el Suia Micu. Como yo había quedado solo para pescar, en este primera salida me sumé a la lancha de Bobby y Sergio (los mas experimentados en este rio) así me podían marcar los tips y situaciones.

Lo primero que noté fue la limpieza del agua. De un color verdoso se notaba que no tenía contaminación alguna y que su vertiente era muy limpia. A los 20 minutos de navegar paramos en una curva barrancosa donde el guía nos indica que abajo habia piedras, lugar ideal para trairones, cachorras y vicudas.

1er lance que hago con un rapala clakin minnow y ataque voraz. Una vicuda pequeña pero violenta atacó mi señuelo y despues de un par de saltos maravillosos se tansformó en mi primera captura en el río suia micu. Varios lances mas y como no tuvimos mas respuesta seguimos navegando aguas arriba. Al llegar a la boca de una laguna con el río comenzamos lances directos a la misma y yo con un ina 90 de marine sports logré mi segunda vicudita del día.

Volvemos a navegar y nos metemos adentro de otra laguna a golpear internamente las costas. Ahí apareció el tucunaré atacando algunos intentos de superficie logrando Bobby un hermoso tucunaré encinchado de lindo porte que tomó el increible paseante de ima, el trairao. Sergio tambien tuvo su buena captura utilizando el brava 90 de Marine Sports.

Durante un rato mas seguimos intentando capturas de tucunares muy pequeños sin demasiada suerte por lo que dimos por concluida esta primera 1/4 de jornada extra que nos regaló el haber llegado temprano. Para conocer el río e ir acomodándome a la pesca no estuvo mal, la próxima seguramente será mas intensa.

  
  

2do dia de pesca(1ero completo).

Nuevo día yesta vez se presentaba un gran desafío para mi. No solamente era pescar en un lugar desconocido, con especies que apenas conocía algunas y otras no sabia nada, sino que ademas le sumaría el pescar.....solo.

Seis de la mañana ya estaba listo con un dolor de tripas intenso producto de lo mucho que bebimos a la noche quizas, o por los nervios de pescar solo tal vez. Lo real es que apenas desayuné y me fui al embarcadero a conocer a mi guía de la jornada, el gran Junior. Cruzamos apenas palabra (casi que es imposible entender lo que dicen por mas que yo hable bastante bien portugues).

La idea de la mañana era atacar las bocas de las lagunas y algunos otros accidentes del tipo barrancoso en busca de los tucunarés. Asi pues arranqué con paseantes como el trairao de imakatsu o el ze pepino de zagaia.. Al cabo de unos cuantos intentos apareció el primer tucunaré desde abajo de un árbol y su sombra en el agua (un clásico de esta especie). Ya en otra boquita de laguna logré una hermosa bicudita que atacó el bendito trairao.

Seguimos recorriendo y logrando en algunas bocas tucunares chiquitos con algun medianito respetable en el medio. Ya a esta altura el señuelo que había encontrado el timing justo era el happy popper de borboleta. Realmente este subsuperficie trayendolo a tirones y tracción discontínua los irritaba terriblemente.

  
  

Al mediodía y estando muy lejos de la zona habitual de almuerzo paramos en una isla donde nos encontramos 3 lanchas, la de Bobby y Sergio, la de Cholo y Alexis y la mía. Ahi departimos unos ricos tucunarés asados con farofa y feijón, típico de la zona. Comí poquito, me cuidé bastante porque seguía roto del estómago y me fui a dormir a una reposera que tan amable me armó el amigo Junior.

Con la siesta reparadora de la tarde mejoré un montón y seguimos la pesca. Nos anclamos en una zona de piedras para probar suerte con las cachorras y los trairao con carnada pero sólo obtuvimos palometas. Entonces comenzamos el regreso buscando en algunas lagunas pedregosas las cuevas de trairones saliendo algunos muy chicos. Ya casi en la última emboqué uno muy lindo con el happy popper que peleó con fiereza mostrándome por primera vez la potencia de este pez, pero se soltó en una de sus malabáricas retorcidas. Fue una muestra, pero alcanzó para entender el desafío y no volver a fallar la próxima vez.

Volvimos bien entrada la noche llegando a puerto a oscuras, con apenas la luz del muelle de guía. Ahí nos encontramos con el resto que le había ido tan bien como a mí, algunos mejor. Cena rápida, piletazo reparador y a dormir para una nueva jornada.

  
  

3er dia de pesca.

En este nuevo día decidí volver a acompañar a Bobby y Sergio en su lancha. Mas allá de los buenos resultados del día anterior, el estar acompañado hace el día mas agradable y divertido, mas con la compañía de estos dos tipos.

Salimos a buscar las piedras donde arrancamos el primer día pero esta vez en la costa de enfrente donde hay una gran arboleda y muchas piedras. Salimos los tres con una variante bien distinta, highlander con cucharita de goma por delante. La idea era buscar los grandes trairones que viven metidos dentro de cuevas naturales que se forman entre el fondo terriblemente pedregoso del río.

Estuvimos un largo rato hasta que comenzamos a tener ataques, tímidos por cierto, que obligaban a tener paciencia porque clavábamos y al primer salto soltaban la goma. Ajustamos los tiempos de clavada y apareció el primer chancho. El amigo Bobby metió un tremendo trairao que acusó 9 kilos en el boga grip. Los saltos que pegó y la sensación de ver por primera vez un animal asi siendo izado del agua es indescriptible. Bien por Bobby.

Al rato me tocó levantar mi primer trairao del día bastante pequeño por cierto, pero que pagó la insistencia en el lugar. El amigo Bobby sigió dando cátedra de esta pesca habida cuenta de ser quien mas veces ha venido a este lugar a buscarlos. para cerrar Sergio se le fue uno hermoso cuando lo iba a izar, una lástima.

Asi pues nos fuimos a navegar bastante lejos en busca de algunos tucunares, pero no dieron el presente, cosa rara, pero que puede pasar no encontrábamos el timing para tentar a la especie. Con esto llegó el mediodía y paramos a almorzar en una isla donde los parceiros nos hicieron carne asada y tucunaré que proveyeron los chicos de las otras dos lanchas que nos encontramos, esta vez de Daniel y René una, Franco y Duc la otra.

  
  

Despues de saludar a las tortugas que se acercaron a la costa a comer nuestras sobras y dormir una buena siesta. Volvimos al ruedo a buscar tucunares esquivos y trairones ausentes. Recorrimos un par de bocas de lagunas hasta que decidimos meternos en una donde un palerío impresionante marcaba toda la costa.

En esta zona y viendo que la única opción era pescar en superficie yo opté con una variante que no veníamos usando que era la hélice. Asi que puse una hermosa jennerlure, la mas pequeña de 9 cm. La idea era ir variando en los lugares la velocidad de recogida ya que para los tucunarés la forma efectiva es hacerlo de forma violenta y rapidísima, pero para el trairon lo ideal es hacerlo un poco mas cadencioso.

Despues de un rato largo de no actividad, en la traída lenta y casí cuando lo frenaba tengo un ataque sutil desde abajo que cañé con fuerza. Ahí sentí que era un lindo pescadito que presentaba batalla y el guia dice es trairao. Era una pelea normal hasta que se le ocurrió hacer su primer salto, una tremenda vaca, era mi sueño, lo que vine a buscar. La tensión fue tremenda, no quería que saltara pero el pez no aflojaba y saltaba una y otra vez. Me paseó un buen rato hasta que aflojó y lo pudimos subir con el copo. Sueño cumplido!

Ya siendo casi el cierre del dá nos fuimos a buscar tucunares a río abierto contra las costas y algunos pudimos engañar con nuestros artificiales, yo principalmente usando el currisco de nakamura, un hermoso twitchbaits que enloquece a estos predadores. Cerramos el día llegando a destino, muy contentos a celebrar un gran día, dificil, pero con el sueño cumplido.

  
  

4to dia de pesca.

Nuevo día y volvemos a la estrategia de sallir sólo con el guía. Esto aliviana a los chicos de no pescar tan apretados en una lancha tres personas y de paso, aprendo a pescar solo que tambien va teniendo sus encantos. El desafío de pescar solo permite entender algunos puntos de la pesca que acompañado no vemos, leer mas el río, pensar mas los tiros y tomar mejores desciciones ya que no tenes quien balancee todo esto arriba de la lancha, salvo el guía que no decía mucho y lo que decia no se lo entendía.

La estrategia del dia era navegar bien lejos para ir a aguas claras. Este increíble espejo de agua es un arroyo serpenteante que recorre muchísimos kilómetros bajo un paisaje maravillos. Pero si mas grande característica es la cristalinidad de sus aguas. La pesca se suele hacer a pez visto navegando lentamente buscando los pozones profundos donde las inmensas hoplias aimara reposan.

Entramos dos lanchas y nosotros desde atrás logramos un par de piques remisos pero no encontrábamos al pez. Lo que me imaginé era que al estar pescando a unos metros detrás de otra lancha se iba a complicar para encontrarlas por lo que decidimos adelantarnos unos cientos de metros navegando en ese laberíntico lugar. Al cabo de un rato, en un pozón, nos anclamos y lanzamos tubira (una especie de morena) al fondo. No tardamos ni diez minutos y un hermoso trairao se prendió con fuerza, dió batallas y nos regaló una grandísima captura.

Ibamos a seguir avanzando pero la otra lancha nos volvió a pasar adelantándonos unos metros. Optamos por salir de aguas claras a una zona de piedras a flor de agua que Junior conocía bien. Ahi la fiesta fue completa con varios trairones escondidos en las mismas, algunos de un porte impresionante, que me quemaron la cabeza por un buen rato.

  
  

Nuevamente paramos en la isla para almorzar y ahi me encontré con las lanchas de Daniel-René y Mariano-Ale. Volvimos a disfrutar de unas carnes bien asadas y de un rico tucunaré a la leña epectacular. De ahí a las reposeras fue un instante donde descansé por demás y aproveché la amena charla de los muchachos. Así se hizo bien tarde, pero volvimos al ruedo descansados.

A la tade quize aprovechar el tucunaré que no habia intentado a la mañana sin suerte. Apenas un pez perro (pequeña barracudita de agua dulce) fue la captura de esa hora. Como ya estaba llegando la noche le dije a Junior de irnos para la pousada y pasarla de largo en busca de las piedras aguas arriba. Ahí la idea era hacer una corta nocturna en busca de algun pez de cuero que los suele haber y muchos en la zona.

LLegamos ya casi atardeciendo, regalándonos un espectáculo precioso. Tomamos la caña mas cojuda, la de 30 lb carnadera, por las dudas aparezca alguno de esos animales monstruosos que este río puede regalar y tubira al agua. Al rato cabeceo y pequeña corrida, clavo y hermoso trairao de muy lindo porte que sube a mis garras. Nuevo lance y nuevo pique de uno mas chico que se suelta en el borde de la lancha. Linea al agua otra vez y otra bestia hermosa subida.

La cosa venía bárbara y en el último lance que hago salió mi pequeño premio. Una preciosa pirarara, no grande, pero pirarara al fin me dió su presencia y captura para poder irse tranquila al agua nuevamente. Ya con la hora de cenar cercana y los mosquitos en estado de éxtasis decidimos volver a puerto con una muy buena jornada realizada. No tanto en cantidad ni con los tucunarés, pero si en calidad con los trairaos.

  
  

5to dia de pesca.

Penúltimo día de pesca y hoy decidi salir nuevamente con Bobby y Sergio para tener una velada mas conversada y divertida. Arrancamos tempranito como siempre en busca de las piedras habituales donde pescamos muchos trairaos pero a esta altura, ya todos íbamos a los mismos lugares de arranque asi que al verlas ocupadas nos fuimos directo a las lagunas.

Arrancamos en una dándole entre medio del palerío a los poppers y hélices, con muchísima actividad de tucunares, pero bastante esquivos a la hora de tomar. Con decir que no levantamos ninguno. De ahi nos echó un inmenso yacaré que cada vez que caía el señuelo al agua y lo comenzábamos a trabajar se venía atrás, inclusive llegando a la misma lancha.

Despues de dar unas cuantas vueltas a la laguna sin suerte, Bobby metió un precioso trairao con el popper de yara que nos produjo una grandísima alegría, tanto por la captura como por el premio al esfuerzo de Bobby. Ya sin mucha actividad mas nos sentamos a delinear el futuro del día y definimos ir a pescar el Paranaíba. Este río es un río tremendamente transparente, muy serpenteante y con mucha vegetación de palmeras por todos lados. Realmente un lujo a los ojos.

Navegamos mas de una hora dentro del río, bajo ese paisaje único, para llegar a una zona donde se formaba una laguna y ya no podíamos continuar navegando por lo bajo del agua. Acá arrancamos con señuelos de superficie y subsuperficie. Bobby con el trairao de imakatsu logró algunas lindas capturas, pero el que se destapó fue Lele de borboletta. Literalmente me cansé de sacar tucunarés pequeñitos.

  
  

Ya cansados del chiquitaje decidimos comenzar el retorno con la premisa del guía de probar en algunos pozones que se formaban en curvas del río. En uno de ellos pude clavar y sumar otra especie con un bellísimo Jacunda puro color y belleza.

Tambien Sergio, en el mismo pozón, metió un precioso trairao que atacó la tubira cuando se la hicieron saltar delante de la boca. La transparencia del agua hacía que esas cosas sucedan casi siempre en cada pique a pez visto. Mientras tanto el Lelé seguía haciendo estragos con los pequeñines en cada cuevita tucunasera encontrara.

Así pues salimos a río abierto muy tarde ya que nos llevó todo el día la navegación y pesca en el Paranaíba. Nos quedó tiempo para recorrer alguna lagunita mas donde logré meter un excelente trairao entre las piedras del regreso. No fue el mejor día de pesca, pero fue uno de los mas disfrutados a nivel visual y de contacto con la naturaleza.

  
  

6to dia de pesca (1/2 día y despedida).

Ahora si, último día de pesca o mejor dicho, medio día, porque al mediodía salíamos de regreso al lodge para preparar todo y ese mismo día a la tarde emprender el largísimo regreso a casa.

Yo me quería despedir de mi guia en solitario Junior asi que salimos juntos los dos solos again. Arrancamos hacia la piedra de trairaos, ocupada, asi que le sugerí intentar el tucunaré en las bocas de las lagunas. Esta vez opté por probar con unos jigs de yará blancos y bien peludos. La respuesta fue increíble, boca que parábamos le sacábamos tucunaré en cada lance hasta que finalmente se cansaban de picar. La actividad de tucus esa mañana fue la mas intensa que tuve en todo el viaje, realmente me saqué las ganas con el bendito jig.

Media mañana fuimos a una piedra en el medio del río y saqué un lindo trairao con tubira. Asi seguimos pescando y volví con el Jig y ahi me pasó algo increíble. En una boquita de arroyo diminuta lanzo el jig y cuando vengo recogiendo dos tucunares, uno bestial y otro pequeño, lo corrian de atrás. Ganó el pequeño, que fue captura, y el bestial volvió a su cueva en el arroyo.

Vuelvo a lanzarle a ver si lo toma y cuando cae se arma un zafarrancho y atras del jig se ve la sombra de un trairao enorme que lo sigue y se vuelve a su cueva. Ahí nomas, con toda la adrenalina, cambio de equipo y meto el de tubira con una muy vivaz. Primer lance y lo tomó al instante. Una pelea hermosa con saltos unicos y mucha tensión para no perderlo. Junior que lo sube con el copo, que animal hermoso por Dios. Una grandísima captura, de las mejores del viaje, casi en tiempo de descuento..

  
  

Estando en zona le entramos un rato a la boca de aguas claras ya que se veian varias lanchas adentro. En la navegada mirando al fondo veias a los trairaos descansando. Ahí frenabas navegación y tubira al agua. Así pude sacar uno medianito que descansaba con su pareja hasta que lo fui a molestar. Tambien pude sacar algunos tucunares medianitos que hicieron el deleite.

Ya con el sol subiendo fuerte y llegando a la hora de regresar, tomamos río abierto para navegar ese largo trecho hastas el lodge. Ese último mediodía había sido un regalo tanto por calidad como por cantidad. Llegamos a destino y fueron llegando de a poco cada lancha mientras yo aproveché para armar bártulos y tenerlos listos para el regreso.

Almuerzo de rigor, salutaciones y alegrias por doquier marcó lo que sería el fin del día y de la estancia en Suia Micu, un lugar mágico por donde se lo mire. Realmente fue una audaz jugada subirme a este viaje de la nada, fue un aprendizaje a pescar en soledad, en disfrutar de uno mismo en esos ratos tan mágicos que la pesca puede regalar.

El viaje de regreso fue tranquilo aprovechando la llegada tempranera a Brasilia pudimos hacer un poquito de shopping. No me queda mas que dar gracias a la vida por poder hacer lo que me gusta. Y gracias a toda la gente linda que me acompañó en este viaje. A la gente de Pousada Rio Suia Micu, un diez en todo, y a ese tipo maravilloso que es Bobby Bermudez, mas que el organizador de viajes, un amigo. Espero que no pasen 4 años para volver a hacer una salida asi, ojalá se dé mucho antes.

  
Algunas fotos mas.

Para concluir con esta extensa nota subo algunas fotos de las otras embarcaciones.

  
  
  
  

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

Contactame

Si necesitas algun dato no dudes en contactarme