Golden Corner

Volviendo a las fuentes.

Posteado el 21 Ago 2016 por Walter Marquez   |   ,   

En este año de transición en mi pasión sigo experimentando cosas nuevas, recuperando técnicas viejas y reencontrandome a mi mismo con la pesca deportiva. De toda tormenta nace la calma y de todo reformulamento nacen motivaciones que me lleven en el camino del disfrute. Con Angel no nos veíamos desde Febrero cuando fuimos a pescar las azules del Uruguay. Mi búsqueda de recuperar el sentido al porqué amo tanto esto dividió nuestro camino por un tiempo, pero cuando me llamó para ver si quería hacer una salidita juntos no dudé, es un gran amigo y un gran compañero pesqueril.

El destino elegido era mi amada Esquina, cuna de mis primeros grandes dorados y del primer acercamiento al verdadero a ying yang en la pesca. Se nos sumó Maurito Flores, otro gran compañero, que no lo veía desde diciembre de 2013 cuando despediamos el año en Gualeguay. Tanto tiempo, asi son los caminos de la vida y no hay forma que no se parezcan a los de la pesca.

Encaramos el viaje en micro semicama de la empresa Silvia. No es muy recomendable, pero como Angel se quería subir en Escobar porque esta mucho mas cerca de Lujan, su casa, optamos por el único servicio que lo ofrecía. Como niños pal colegio disfrutamos el trayecto hasta llegar a la preciosa Esquina. Bajamos y a una cuadra teníamos el Hotel El Aleman que oficiaría de hogar por esos días. Al ratito nomas nos pasó a buscar nuestro anfitrión y guía el Toco Aguilar.

Con bártulos cargados llegamos a puerto para bajar la lancha y ahí nomas nos dimos cuenta de que era fin de semana largo. La cola de lanchas para bajar era mas larga que en la panamericana trabada. Armados de paciencia esperamos para poder tocar el agua.

  

Arrancamos buscando el río Paraná. El toco nos contó que se venía pescando bien, pero que hoy, con la cantidad de lanchas que había, nos obligaba a tener que alejarnos lo mas posible de los pesqueros habituales, máxime si ese día íbamos a pescar exclusivamente con artificiales, cual nuestra costumbre.

Navegamos aguas abajo durante mas de media hora para ir llegando a los bancos de arena cercanos al guayquiraró. Ahí mismo el Toco nos pidió que preparemos señuelos paletudos porque íbamos a pasarle al veril que se forma en el canal del banco. Nosotros no entendíamos mucho que quería que hiciéramos ya que estábamos tirando los señuelos a la nada misma al medio del río.

De a poco fuimos empezando a ver donde estaba el veril bajo el agua y a lanzar con mas precisión y certeza. Al cabo de unos intentos, tuvimos Angel y yo sendos ataques no concretados en pique, pero que dejaba entrever que misteriosamente el camino era el correcto. En una nueva derivada a motor eléctrico por el medio del veríl Angel tiene pique y se transforma en captura de un hermoso dorado de unos 4 kilitos.

  

Le dimos varias vueltas mas a el veríl con resultado mínimo, no mas de algún toque disperso. Al cabo de un rato nos pusimos a navegar en busca de otro banco de arena mas aguas abajo todavía. Al llegar vimos el cambio de aguas en el veríl, pero al haber tan poco viento casi se tornaba imperceptible. Era una masa de agua donde cada tiro era un acto de fe absoluta.

Por suerte en uno de los tantos lances a la nada misma (aunque Toco nos iba marcando el veríl viendolo con el Ecosonda) tuve un ataque fuerte y preciso. La clavada fue violenta y la reacción del pez-casi pescado fue la esperada. A sacar línea de mi venator de ms hasta que lo empecé a domar lentamente, cosa que hizo que enfilara para arriba a los saltos. Al cabo de un rato se terminó de transformar en pescado para mi alegría. Terminó acusando unos 5 kilos de excelencia con lo que la cosa iba tomando un color mas ameno. Pocos piques pero buenos, esa es la premisa que vinimos a buscar.

  

El que venía con la mira torcida era Maurito. Tuvo un par de ataques poco firmes y que no logró transformar en pelea, pero la pesca es así, a veces todo se transforma en oro y a veces en amarga hiel. La cosa es que pusimos proa hacia los palos para probar en firme si podíamos encontrar algun dorado palero, lamentablemente brillaron por su ausencia.

Volvimos a río abierto a un gran banco de arena que prometía mucho y que fuimos casteando en lento garete por el medio. Los lances eran hacia el banco para que en la tracción cayera el señuelo paletudo en el veril hacia aguas profundas. Al cabo de un rato de lances Angel clava un pescado hermoso que lo sacó a pasear por la borda de la lancha. Como si la competencia fuera palo y palo a los dos minutos clavo una vaca que me mando a trabajar los equipos a máxima tensión. Por suerte y gracias a las buenas mañas semejantes ataques se transformaron en un doblete de 6 kilos de Angel y 7 kilos del mío. Un momento único de felicidad arriba de la lancha..

  

Parada en la isla para un buen almuerzo y para disfrutar del paisaje maravilloso del delta esquinense. El relax era total y ya pagaba la salida poder descansar el marulo de esa manera. Igualmente la pesca había estado difícil pero con buenos trofeos lo que daba mucha tela para cortar en la sobremesa .

Por la tarde comenzamos la pesca golpeando barrancas profundas y entradas de agua hacia la isla. En una de las segundas un dorado de unos 3 kilitos, muy corto y retacón presentó una excelente batalla atacando mi risto rap 9. Evidentemente estában abajo los guachos.

En una última intentona en el banco de arena donde habíamos iniciado la pesca en la mañana Angel pudo levantar dos dorados chiquito de no mas de 2 kilos que le dieron el partido del día ganado pero que no ameritaron siguiera la foto del pescador, se ve que veníamos golosos por las piezas mayores. Defecto de pescador como siempre dicen.

  

A la noche y a pesar del cansansio nos fuimos a pasear por la bella esquina. Esta ciudad correntina tiene una vitalidad que asombra, aunque nunca deja de perder ese encanto a pueblo que tanto caracteriza el interior de nuestro país. Nos fuimos directo a ver la costanera de noche,a la luz de la luna. Un espectáculo impagable el río Corrientes con la redonda plateada iluminando su superficie.

Para terminar la noche llegó la hora de la cena en un clásico de la ciudad, El Aljibe. Este restaurante lo venimos visitando desde esos comienzos en Pescarinfo en que veníamos mas de 20 personas juntas a pescar. De ahí nos quedó el clásico de venir a degustar las milanesas de surubí del lugar que son de las mas ricas que comí en mi vida. Ya con la panza llena volvimos al hotel para reparar equipos y darle un poco a febo la entrada que ya pedía a gritos.

  

Segundo día y nos tocaba cambio de guía. Esta vez el que conduciría nuestros destinos en aguas correntosas era el hermano de Toco, Don Cacho. Como los comentarios que recabamos en puerto era que los que pescaron decentemente lo habían hecho con carnada y, a sabiendas, que Cacho era un guía mas carnadero que Toco decidimos usar esa variante pesqueril que hacía años que no practicábamos.

Arrancamos aguas abajo ídem día anterior llegando al primer banco de arena donde divisamos que Toco se estaba yendo con la gente que el guiaba ese día. Maurito tuvo su primer ataque y terminó siendo captura de un doradito de unos 3 kilitos que lo sacó del zapatero que venía trayendo. Una alegría para Mauro. A partir de ahí y por un largo rato no tuvimos mas actividad a la vista. Probamos todos los bancos de agua abajo y todas las correderas y nada. Increíble.

Volvimos aguas arriba y nos anclamos a unos 30 mts de la costa donde el agua corría hasta caer en un veril hundido. Mi carnada derivó un largo rato hasta que llegó a la caída y ahi nomás explotó mi caña. Un hermoso dorado de unos 5 kilos vendió cara la derrota aprovechando que estábamos anclados y que la fuerza del agua duplicaba la propia. Mi captura carnadera anclado despues de tantos años estaba lograda.

  

Subimos un poco mas arriba hasta un banco de arena que tenía una hermosa caída en el medio. Aprovechando que todas las lanchas estaban en la costa almorzando y que por primera vez en los dos días el río en esa zona era todo para nosotros, comenzamos una pindaceada por arriba del veril.

Primera pasada y el Ingles tiene un pique poderoso al llegar a la caida. Un dorado de unos 5 kilos le regaló una pelea hermosa y puso el partido en triple empate en uno. Por suerte mi respuesta fue casi inmediata ya que apenas entró mi mamacha en la caída un juvenil de unos 3 kilitos me regaló su captura. Segundo doblete del viaje con Angel aunque este era bastante mas desparejo en tamaño al del día anterior.

  

Segunda pasada despues de tan buen resultado y nuevamente explota mi línea con una llevada pindacera de esas clásicas en este estilo. La pelea fue preciosa, el resultado una vez izado el pez fue otro contundente dorado de 6 kilotones. Como el día anterior pocos pero realmente buenos piques.

Hicimos una tercera pasada en la que Maurito pudo tener su segunda captura, aunque otra vez le tocó un juvenil, pero captura al fin. La cuarta pasada nos regaló piques a los tres que ninguno pudo clavar y ya la quinta pasada nos avisó que la explosiva combinación de este veril estaba agotada.

  

Intentamos en algun palería mas sin suerte. La jornada estaba finalizada con cantidad de capturas simpilares a la anterior. Esto nos dió conclusiones varias. Primero que el pique se daba tanto en artificiales como en carnada en forma pareja. Segundo que es hermoso pescar con carnada, cosa que habíamos olvidado. Tercero que no hay que venir en fin de semana largo, la cantidad de lanchas en el agua te puede llegar a arruinar el dia de pesca. Cuarto y último, que hermoso que es Esquina, no veo la hora de volver.

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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