La cueva del literato I

Descubrimiento

Posteado el 07 Mar 2015 por Walter Marquez   |   ,   

Post viaje Colombia todavía seguía con la cabeza allá, pero había que volver a nuestras humildes pero no menos interesantes pescas locales. En un ida y vuelta con Angel y Telmo, y ante la ausencia de dorados optamos por aceptar una invitación de Gabriel Pinciroli para conocer una cuevita que tenía ubicada en el partido de Chascomus, Pcia de Buenos Aires.

Don Pinciroli es conocido no solamente por la pasión que le pone a la pesca sino además por sus dotes literarios, siendo ya un reconocido escritor con varias publicaciones y algunas premiadas como el libro de cuentos " Lo peor de las ciencias".

Una premisa importante en estas invitaciones es no develar el lugar exacto de pesca para evitar que furtivos que no cuidad los recursos puedan localizarlos. Por ello solo puedo decir que la laguna era un de las tantas que hay en la zona de las encadenadas del partido de Chascomus.

La banda de conformó con Angel, Telmo, Gabriel y quien escribe. No demasiado temprano ya que no era necesario llegamos al espejo de agua donde avanzamos por el camino de tierra para dejar el auto justo a la altura del medio de la laguna. De ahi volvimos caminando al principio para ir pescando hacia el auto y llegar al mismo al mediodia para almorzar

  

Los chicos platenses nos pasaron el dato clave...ranas rojas. Según ellos la ventaja era de 3 piques a uno por lo que tuvimos que aprovisionarnos con las ranas que pudimos conseguir. Yo arranqué con una rana roja dura artesanal de Tute Lures. Pero la primer captura la logró Telmo con una rana de marine sport pintada de rojo con fibron, de no creer.

Al rato de no tener pique decidi poner una blandita de donkb (es como una moss boss de heddon pero de latex) de color naranja y tuneada por mi con una cola mas larga y un anzuelo con mejor gap para la clavada. Al primer tiro y mientras venía trabajandola veo como una estela sale de abajo de una mata de pastos hundidos. Explosión y pique precioso para mi primera hermosa tararira de muy buen tamaño. Al rato Angel logra su primer captura con una popper de bad line color naranja y yo volví a repetir con la blandita con otra hermosa hoplias mallabaricus.

     

Seguimos caminando la costa, probando distintas ranas rojas por la zona. Telmo no paraba de tener piques con su rana pintada y el Ingles sacaba algunas con su bad line.

Una cosa que se daba claramente era que los piques, aunque espaciados, eran firmes, pero una vez clavada la tararira lograba desprenderse el señuelo antes de llegar a transformarse en captura. Nuestra impresión era que tanto pasto hundido atentaba con una buena clavada y el pez disparaba hacia abajo en busca de meterse en el mismo.

  

Casi llegando al mediodía puse una rana blanca de la marca china páncora. En un recodo precioso y despues de mucho insistir explotó el agua garantizandome una hermosa captura.

También el que mejoró ostensiblemente la performance era Gabriel que con su famoso morron (un sapo rojo de la marca bad line) empezó a repuntar su score.Tambien Telmo y el Ingles seguian con su efectividad .

  
  

Al mediodia llegamos justo donde estaba el auto. Una gran idea caminar primero para volver al auto asi llegamos a la peor hora al lugar ideal para almorzar a la sombra y descansar un rato.

Post almuerzo seguimos avanzando hacia el fondo de la laguna con el mismo rinde. Piques espaciados a las ranas, ataques violentos pero que en su mayoría se desenganchaba en la pelea bajo tanto pasto hundido. Al final del día los platenses y su experiencia en este charco fueron los que mejor pescaron y con Angel aunque en menor cantidad logramos tambien una buena cantidad de capturas, todas de muy buen tamaño.

La cueva del literato Pinciroli resultó un excelente lugar para volver a ponernos en forma despues del viaje a la Orinoquia colombiana. Muy buenos portes de tarariras celosas, desconfiadas y peleadoras. Que se repita pronto.

  
  

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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