La confirmación
Si!Llegamos al paraíso!
Posteado el 26 Jun 2010 por Walter Marquez | ,
Con la sensación de haber encontrado un paraíso dorado, necesitábamos confirmarlo lo antes posible. Así pues, no tardamos mas de un par de semanas en volver a Gualeguay. El llamado de Angel fue el puntapié, y asi armamos nuevamente equipo con un cambio obligado, Telmo no podía venir y entraba en su reemplazo German, otro gran tipazo y pescador.
Recorrimos nuevamente los 230 km hasta Puerto Ruiz, empezando a generar una mística con esos últimos kilómetros de tierra para encontrarnos con el guía Jorge Cot, quien volvería a ofrecernos su sapiencia absoluta de la zona y sus buenos quehaceres en cuanto al servicio de atención en su lancha.
El clima del día se presentaba extraño, se veía lugares de claridad diáfana y por el norte amenazaba una tormenta inclemente con avanzar hacia el sur. Volvimos a navegar la hora y media que nos lleva desde Puerto Ruiz al delta gualeyo, cruzamos el Pavon, y nos metimos en el mismo arroyo de la salida anterior donde habiamos hecho el gran pescón de la vez anterior.
Al llegar comenzamos los lances con lipless y hasta con boya plop, Angelito y sus locuras, y no tardamos en obtener vigorosos doradillos que se enloquecían con los artificiales. Igualmente esta zona que había sido "la zona" en la salida anterior, se agotó rapidamente. Se ve que se estuvieron moviendo los cardúmenes, por lo que comenzamos a garetear el arroyo hacia su interior.
La gareteada interna fue dando sus frutos de a poco. La lluvia se había puesto mas molesta pero eso no nos amilanaba en nada. Era cuestión de hacer bien el lance pegado a la costa para que se transformara en uno o dos taques en la traccionada.
Lo bueno era que no sólo funcionaban los liples en profundidad, sino que tambien lográbamos ataques con hélices y paseantes, sin necesidad de anclarnos. Estaban activos y rabiosos, no faltaba nada de diversión. No eran grandes tamaños pero con los equipos livianos de spinning que estábamos usando sobraba para que nos garantice una linda pelea.
Llegando al final del arroyo nos dispusimos a anclarnos a un costado y disfrutar del almuerzo bajo el agua. Cuando terminamos los sandwiches acuosos se nos dió por tirar desde la lancha misma a la corredera que daba al recodo. Ahi nos dimos cuenta que el cardúmen se había acomodado en ese recodo y tuvimos un rush impresionante de pesca.
Fueron mas de 100 doradillos en esta zona, casi sin movernos. Es mas, para hacer una prueba final lancé una cuchara giratoria y puse la caña en el posacañas, no tardaba mas de 10 segundo en tener pique, si, de no creer, como la cuchara quedaba trabajando en correntada entre medio de semejante cardúmen el ataque era inmediato. Una locura de pesca.
La confirmación estaba realizada. Gualeguay era un hermoso río, lleno de lingotes dorados, un paraíso que ameritaba ir una y otra vez a disfrutarlo. Seguramente no pasaria mucho tiempo antes de volver.
