Walter Marquez Pesca deportiva

Ya llegando a fin de año comienza el momento de realizar el balance de lo acontecido en el mismo. Despues de la salida que me toca relatar lamentablemente tengo que llegar a la conclusión de que no a sido de los mejores en cuanto a la pesca se refiere. Y no todo se suscribe a la cantidad de salidas hechas o a la cantidad de peces transformados en pescados por un rato antes de volver a ser ellos mismos.

No. Yo lo dimensiono y tomo conciencia de ello, a las salidas en las que disfruté de estar pescando y las que no me sentí cómodo conmigo mismo y no logré encontrarle el placer al arte pesqueril. Es difícil explicarse porque pasan esas cosas pero en líneas generales pienso que está atado a realizar bien los deberes, a sentir que la salida falló porque algo externo a uno ha sido la variable responsable.

Muchas de las salidas fallidas han tenido ese componente extra de pique nulo para todos o a lo sumo uno perdido que no amerita análisis. Pero mucha de las otras salidas he sentido que la ansiedad o el no tener todo armado como corresponde o simplemente la frustración han actuado en contra de tener una buena pesca y por ende un buen disfrute del logro obtenido. Esto sumado a algunas cosas que me han cruzado la cabeza y que he desarrollado en notas anteriores como “Sinfonía perfecta” o “Peluqueando “ redondean el concepto de año flojo pesqueril para mi.

Será cuestión de barajar y dar de nuevo, no sin antes una profunda reflexión de hacia donde quiero ir con la pesca y si realmente puedo volver a disfrutar de ella como hasta no hace mucho. Sino realmente no vale la pena el esfuerzo tanto económico como de tiempo que quito a mi familia y llegará el momento de colgar las cañas, mas no sea por el tiempo que necesite esa recuperación.

Ya profundizando en la salida que en si hace de disparador de este relato comienzo recordando a los integrantes. Después de mucho tiempo volvimos a tener equipo titular completo con Mariano, Angel, Telmo y quien escribe. El lugar era el archiconocido pesquero de San Nicolas de la mano de un grande como es Juan Pablo Codina.

Llegados en tiempo y forma partimos al agua bajo un sol precioso y un clima primaveral casi rozando veraniego, con una brisa bastante mas fuerte a la esperada pero que igual hacía amena la navegación. En la previa habíamos decidido, gracias a un dato de Juampi, intentar un rato a los dorados ya que el agua estaba bastante limpia. El recorrer ese palerío hermoso que tiene San Nicolas bien vale la pena el intento. Al principio no tuvimos respuesta y fuimos variando de paleríos hasta que en un par de correderas tuvimos algunos piques…no muchos, quizás un par por caña y menos. Yo tuve mis dos piques en un fin de corredera bajo la caída de un sauce.

El primero de un chiquitin que atrevidamente atacó la mojarra intermedia NG paleta quebrada color amarilla que estaba lanzando por recomendación de Juampi. Mordió saltó y escupió. Recogí rápidamente y volví a tirar al mismo lugar y esta vez me paró en seco la caña un hermoso dorado que saltó una vez mostrando sus mas de 5 kilos de peso y empujando la caña para abajo con toda potencia. Fueron 15 segundos mas , la puntera de la caña metida en el agua de pronto se aflojó y tuve que despedir al chancho con una bronca contenida, mezcla de satisfacción por la suerte del pique y decepción por la derrota en la pelea. Mirando la mojarra llegamos a la conclusión que los triples originales que no cambié antes jugaron en contra.

Ya con el sol de mediodía detonando en el agua decidimos ir a por las taruchas. El lugar elegido inicialmente era un arroyito que corría fuerte pero que en sus curvas formaba remansos donde las tarariras se suelen ocultar de predadores mayores. Los primeros lances fueron sin respuestas hasta que al cabo de un rato las Z-man dieron con el clavo. Mariano, Telmo y yo tuvimos nuestra primera captura, Angel se guardaba para mas tarde. Fue menos de una hora de intentonas pero con esa escasa performance decidimos ir a otro lugar.

El segundo lugar era una laguna donde había pescado bien con anterioridad Juampi. Llegamos y el agua se veía transparente como si fuera el sur de la Argentina. El calor arreciaba asi que decidimos hacer un vadeo corto para refrescarnos aguas adentro y poder pescar el espejo desde el agua hacia las costas llenas de vegetación.

Cargados de equipo salimos a vadearla con premura y sin pausa. Muy lentamente algunas fueron asomando, espaciadas y casi como si tuviéramos que ir a golpearles la puerta del rancho. Telmo, Mariano y el Ingles tuvieron un buen comienzo a puro latex de Z-man y Highlander de spinit, yo saqué una esporádica con la rana punteaguda de Z-man.

Salimos del agua con Angel para intentar darle la vuelta a la laguna y entrarle desde la costa de enfrente. Fue un error importante ya que el esfuerzo para llegar no pagó con pesca, nos era casi imposible adentrarnos desde esa costa por una vegetación profusa.

Volvimos a nuestro punto de origen donde Mariano y Telmo habían encontrado el timming de pesca y sacaban, de a ratos buenas presas contra un rincón del espejo. Con Angel intentamos arrancar a pescar a la izquierda de donde estaban los chicos tirando hacia el sector opuesto. Angel tuvo algunas buenas capturas con un Highlander dos colas naranja hasta que se le acabó la suerte.

Yo por mi parte entre lo agotado que estaba de la caminata y lo frustrado de no tener respuestas terminé por bajar la guardia y retirarme a la costa a tomar algo fresco. Esa última hora de pesca Angel se arrimó a los chicos pero no tuvo mas fortuna mientras ellos sacaron un par mas de debajo de los camalotes.

La vuelta terminó de regalarme otra tristeza mas cuando rompí mi amada Stimula UL por caerle encima en un salto de la lancha. Una pérdida que seguramente me costará recuperar. Como se podrá leer fue una jornada difícil como pueden ser estas salidas. En general los chicos pescaron razonablemente bien y yo tuve otra jornada para el olvido.

En cuanto a la preparación estaba bien porque había comprado y armado varios artilugios de cucharitas ondulantes meps con anzuelos y latex variados. Esta vez eso no falló, esta vez fallé yo y la ansiedad y frustración de la mala fortuna que te lleva a no disfrutar lo que uno ama y hace. Momento de reflexionar, barajar y dar de nuevo, veremos que me depara esta reformulación y si encuentro en mi mismo ese bichito que me hacia feliz empuñando la caña. El tiempo dirá.